Con temas repetidos y excesivamente recurrentes en las producciones craneadas en España, Las chicas del cable se abre paso con otra actuación insípida de Blanca Suárez y con la magistral interpretación de sus colegas, de las cuales uno se pregunta qué llevó a sus directores de casting a poner por detrás de una actriz que sigue dejándonos con sabor a poco.
Personas injustamente condenadas al encierro en la prisión y amores basados en la mentira, sumado a un segundo secuestro de la niña que se convirtió en el eje de la tercera temporada, son los amenazadores generadores de comentarios tales como «¡otra vez lo mismo!» Que la serie ofrece al principio.
Sin embargo, las cosas comienzan a tomar cuerpo al final de la saga de tan solo ocho capítulos, regalándonos a un espectro que vuelve de la muerte, a amores que parecían perdidos pero que resurgen y al inesperado final de juego para uno de los ángeles que tanto nos deleitó con su voz al comunicarnos las llamadas entrantes.
Una trampa inesperada
Uno de nuestros ángeles preferidos usa su carisma para lanzarse a la política. Sin embargo, una trampa convierte a la candidatura a la futura alcaldía de Madrid en una trampa mortal que pondrá fin a la vida de una de las chicas que nos llevaron de la mano a sus sórdidas, pero encantadoras, vidas.
La temporada entera orbita alrededor de esta trampa que terminará por sellar el destino de quien solo quiso ayudar a su país y a su grupo de amigas.
Carmen Cifuentes vuelve por su absolución
Arrepentida y devastada por la enfermedad, Carmen Cifuentes regresa de prisión para ser absuelta por sus hijos, aunque viniendo de este siniestro personaje, nunca podremos saber si su devoción por su nieta no esconde segundas intenciones.
¿Una nueva oportunidad para Marga?
Para los que creían que a Marga la oportunidad se se presentaría con el mismo rostro en otro cuerpo, lamento decepcionarlos, pero el gemelo de Pablo solo hace acto de presencia a través de la memoria de Marga y Pablo, quienes tienen razones de sobra para recordarlo después de firmar su divorcio. Sin embargo, es posible que Marga encuentre una segunda oportunidad en los brazos de un caballero al lado del cual comenzará a trabajar después de obtener su anhelado puesto de contable.
Las buenas noticias son que la serie tiene un cierre magistral, el cual cuenta con el broche de oro que solo la promesa de una quinta temporada nos puede dejar. ¿Las malas? Que el contexto de esa quinta temporada que los amantes de estas cuatro intrépidas mujeres ya estamos esperando ansiosamente, será uno que tiñó de negro a la historia de España.

