las chicas del verde césped
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Estamos en la ciudad portuaria de Preston, Lancashire, norte de Inglaterra. En 1914 estalla la guerra. John Kerr, parlamentario conservador escocés, reconvierte la fábrica de equipamiento ferroviario que comparte con W.B. Dick. Hay que producir municiones. Una tarde de ocio, las mujeres de Dick, Kerr & Co. Ltd. desafían a los varones al fútbol. Y ganan. Entusiasmado, Alfred "Pop" Frankland, jefe de oficina, les ofrece formar un equipo. Las recaudaciones, acuerdan, serán para ayudar a los heridos de la guerra. Las futbolistas jugarán con pantalones cortos y recibirán diez chelines. En público, usarán polleras. Debutan el día de Navidad de 1917 y golean 4-0 al Arundel Courthard Foundry. Diez mil personas en el estadio de Deepdale dejan 600 libras de recaudación.
En 1920, terminada la guerra y restablecida la Liga masculina, Dick, Kerr Ladies se anima a cuatro partidos ante la selección de Francia: le gana 2-0 en Preston ante 25.000 personas, 5-2 en Stockport, empate 1-1 en Manchester frente a 12.500 espectadores y victoria 2-1 de Francia en Stamford Bridge, estadio de Chelsea, ante 10.000 aficionados. El beso inicial entre las capitanas Alice Kell y Madeline Bracquemond es la foto destacada al día siguiente en los diarios de Londres. El Dick Kerr vuelve a imponer su fútbol más fuerte en Francia. Tras el empate inicial 1-1 en París ante 22.000 personas, gana los tres partidos siguientes: 2-0 en Roubaix, 6-0 en Havre y 2-0 en Rouen. La popularidad a la vuelta permite que Winston Churchill las autorice a jugar un partido nocturno en Deepdale. Golean 4-0 a una selección de las mejores jugadoras inglesas. La gran fiesta llega en Navidad. Unas 53.000 personas, más que al partido masculino del mismo día, asisten a su nueva goleada, 4-0 ante St Helen's en Goodison Park, estadio de Everton. Casi 14.000 hinchas quedan afuera del estadio. La recaudación ayuda a heridos y desempleados de la posguerra. Jamás fue tanta gente a un partido de fútbol femenino en Inglaterra.
La demanda sigue en 1921. Más de 35.000 personas ven jugar a las Dick, Kerr Ladies en enero en Old Trafford. En febrero golean 9-1 a una selección de “Best of Britain”. Y 5-1 a Francia. Juegan 67 partidos ante un público global de 900.000 personas. Frankland rechaza 120 invitaciones de ciudades de toda Gran Bretaña. En un fútbol femenino que suma divisiones, equipos y jugadoras, el Dick, Kerr Ladies mantiene el ideal solidario de su fundación y decide donar sus recaudaciones a los mineros que se declaran en huelga contra los despidos ordenados por sus nuevos dueños privados. Camioneros y ferroviarios abandonan la “Triple Alianza” sindical y dejan solos a los mineros. Las jugadoras del Dick Kerr no. “Un deporte políticamente peligroso. La guerra pasó y la sociedad -cuenta Barbara Jacobs en su libro sobre las Dick Kerr Ladies- quiere que las mujeres ‘vuelvan a su lugar: el hogar y a la cocina’”. El 5 de diciembre de 1921 la FA prohíbe el fútbol femenino.
Frankland planifica una gira de 24 partidos en cuatro meses por América del Norte. Pero Canadá también prohíbe a las Dick Kerr y la gira se reduce a nueve cotejos en los Estados Unidos, algunos ante rivales masculinos. Ganan tres, empatan tres y pierden tres. “Éramos campeones nacionales y nos costó mucho ganar”, dijo tiempo después Peter Renzulli, arquero de Patterson, que venció 6-3. “No ganaron las mujeres, pero tampoco los hombres, en un duelo de habilísimas jugadoras inglesas ante algunos de los mejores jugadores de este país”, dice una crónica del Fall River Herald News tras un empate ante el local Marksmen. En Filadelfia juegan contra el último campeón de la nueva liga profesional ASL. El juego es vibrante y la gente, unos 5000 espectadores, se inclina a favor de las visitantes. El local termina ganando 6-5. Las autoridades del fútbol de los Estados Unidos suspenden al equipo de Filadelfia y al árbitro del partido. Las Dick, Kerr Ladies siguen siendo un equipo maldito.
En total, hasta su cierre, en 1965, Dick, Kerr Ladies (Preston Ladies FC a partir de 1926) jugó 828 partidos, con 758 triunfos, 46 empates, 24 derrotas, más de 3000 goles. Una media de 5000 personas por cotejo, recaudaciones benéficas que, a día de hoy, sumarían cerca de 10 millones de libras y numerosos títulos, entre ellos una especie de Mundial femenino en 1937 con goleada 5-1 ante Edimburgh Ladies. El equipo fue tema de libro con Jacobs y también con Gail Neushaw. Cine en el filme Victory Girls, documental de la BBC, obra de teatro (Famosas y Olvidadas y No Apto para Mujeres) y trofeo con un torneo que lleva el nombre de su jugadora más importante, Lily Parr, símbolo también de activistas lesbianas porque ochenta años atrás ya vivía públicamente con Mary, su pareja. Primera mujer que entró en 2002 al Salón de la Fama del Museo Nacional del Fútbol de Inglaterra, Parr, cuarta de siete hermanos, creció jugando fútbol y rugby y entró al Dick, Kerr Ladies a los 14 años, a cambio de trabajo en la fábrica de municiones, 10 chelines por partido y cigarrillos Woodbine. Esa primera temporada anotó 43 goles. Sumó 967 entre 1919 y 1951, cuando se retiró, ya enfermera de un hospital siquiátrico, hasta su muerte a los 73 años, por un cáncer de pecho. “Pateaba como una mula y hacía goles desde cualquier ángulo”, la elogió su compañera Joan Whalley, primera futbolista británica modelo publicitaria, con Nike en 1996.
Otras jugadoras célebres de Dick, Kerr Ladies fueron la arquera francesa Carmen Pomies, mejor lanzadora de jabalina en su país y futbolista hasta que pasó a la Resistencia durante la invasión nazi. Su pareja fue Florrie Redford, número 9 del equipo. Además de Parr, también fueron atletas destacadas la habilidosa Jennie Harris, Florrie Haslam y Molly Walker, que en la gira por los Estados Unidos le ganaron al equipo olímpico de relevos de ese país. Lo mismo que Alice Woods, velocista de élite, que dejó al equipo cuando se casó con Herbert Stanley. El matrimonio cortó las carreras de Alice Mills, la capitana Alice Kell y Daisy Clayton, entre otras.
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El riesgo para la salud, justamente, fue uno de los principales argumentos que usó la FA cuando en 1921 prohibió los partidos femeninos. El fútbol es “un juego rudo, totalmente inadecuado” para las mujeres, dijo la FA. La doctora Elizabeth Sloan Chesser advirtió que las jugadoras podían sufrir lesiones “de las que jamás podrían recuperarse”. La FA levantó la prohibición en 1971 y en 2008, ochenta y siete años después, pidió disculpas por el error.
EZEQUIEL FERNÁNDEZ MOORES
“Pioneras”
(la nación, 11.03.15)