Revista Cine

Las chicas malas van a la cocina del infierno

Publicado el 19 noviembre 2015 por Jaimebarber @EverettMagazine

Jessica Jones es la nueva vecina de Daredevil en Hell’s Kitchen, el barrio neoyorkino que acoge a los superhéroes urbanos de Marvel.

“El infierno es un sitio templado. Esto es la cocina del infierno”. Es la definición que ha quedado para la posteridad, en palabras pronunciadas en el siglo XIX por un policía veterano que se burló del novato que pensaba que aquellas calles del oeste de Nueva York junto al río Hudson eran el mismo infierno. La prensa de la época ya se lo describió como “lo más bajo y sucio de la ciudad”. Tras la Guerra Civil, la zona experimentó un crecimiento desmesurado de la población (malditos católicos irlandeses) que derivó en pobreza, descontrol y crimen, un crimen ya muy organizado cuando llegaron los años de la Ley Seca. Entonces y mucho después, la mafia irlandesa era la dueña del barrio, un dominio alcanzado a fuerza de crueldad extrema. Ni los puertorriqueños ni los italianos lograron arrebatarles la supremacía. Los Westies, como se les conocía, no fueron nunca más de veinte o treinta hombres, pero su gusto por la sangre les permitió imponerse a sus rivales. Sus peores enemigos solo fueron ellos mismos.

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Se cuenta en Hell’s Kitchen la historia de un chico que juró vengarse del gangster que asesinó a su padre. No, no es la historia de Daredevil, el superhéroe ciego de Marvel Comics, aunque el arranque suene parecido. Es la vida de James Coogan, que a los 18 años llevó a cabo el primer intento de acabar con la vida del capo Mickey Spillane ametrallándole desde un tejado. No lo consiguió. Los años pasaron y, tras un breve periodo a la sombra, Coogan se asoció con los eternos rivales de la mafia genovesa para acabar definitivamente con Spillane y su cúpula. Lo logró a mediados de los 70 y hasta finales de los 80 llevó a Hell’s Kitchen hasta el séptimo círculo del Infierno, ése reservado a los homicidas, los criminales, los tiranos, los violadores y los bandidos. En aquel reino del terror aliñado con crack se crió el guionista y dibujante Frank Miller. No es de extrañar que fuera él quien escribiera las páginas más inolvidables de Daredevil, donde el diablo guardián se veía a menudo envuelto en guerras de bandas y su buena fe era puesta a prueba -y quebrantada- por el señor del crimen, Kingpin.

Afortunadamente, Hell’s Kitchen ya no es lo que era. El proceso de gentrificación que arrancó en los noventa ha hermanado esas calles con el idílico Central Park, con el que limita por el norte. Aunque no posee la distinción de sus vecinos del Upper West Side (tan Woody Allen), la actual Cocina del Infierno es un entorno family-friendly por cuyos parques y calles se puede pasear plácidamente. La magnífica adaptación que Netflix ha hecho de Daredevil, sin embargo, se permite la licencia de devolvernos a la era más oscura del barrio. ¿Cómo lo explican? De manera absolutamente coherente con la realidad paralela del Universo Marvel: tras la épica batalla vista en Los Vengadores, el barrio está en proceso de reconstrucción, lo que atrae a especuladores indeseables y mafiosos sin escrúpulos. Como espectadores de una serie tan redonda solo nos queda recordar la máxima de John Houston: “entre la verdad y la leyenda, elijo la leyenda”.

Y ahora que ya conocéis el barrio, os presentamos a su nueva vecina.

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Jessica Jones es la protagonista de la nueva colaboración de Marvel con Netflix, disponible a partir del 20 de noviembre. Ella, como Daredevil, también vive en Hell’s Kitchen. Antes de dar el salto a la televisión, esta peculiar anti heroína protagonizó el cómic Alias, alojado en el sello MAX con el que la editorial de Spider-Man se adentró en territorios adultos. Jessica Jones es malhablada, no sabe beber y las borracheras le dan por follarse al primero que pilla. También tiene arrebatos violentos, un mal humor crónico y un fuerte sentimiento de autodesprecio. Acarrea una profunda depresión por algo terrible que sucedió en el pasado, algo  que truncó su carrera de superheroína. Efectivamente, Jessica Jones fue una vez una justiciera disfrazada, pero de aquella época solo conserva su súper fuerza y un círculo de amigos y conocidos que incluyen a la Capitana Marvel, Ant-Man y Luke Cage. También ejerce ocasionalmente como guardaespaldas del abogado Matt Murdock, alter ego del citado Daredevil. Como habréis deducido, Jessica no es como las demás chicas de la editorial americana.

La historia de los personajes femeninos de la casa Marvel es la historia misma de la liberación de la mujer. En 1962 salió al mercado la colección madre de la editorial, Los 4 Fantásticos, donde la única mujer protagonista, Susan Storm-Richards, hacía valer su apelativo de Mujer Invisible. Como Betty Draper en Mad Men, Susan era incapaz de relacionarse de forma natural con un esposo absorbido por su mundo interior. El súper científico Reed Richards, alias Mr. Fantástico, no se hundía en un infierno de infidelidades y alcohol, pero priorizaba una misión a la Zona Negativa frente a una vida conyugal estable. En aquellas viñetas de los sesenta -creadas por los legendarios Stan Lee y Jack Kirby- no era inusual que Mr. Fantástico se burlase de su sumisa esposa o que simplemente la ignorase. Por suerte el tiempo cambió la mentalidad de la Casa de las Ideas y los personajes femeninos fueron ganando en carácter. Los setenta y ochenta otorgaron el protagonismo a mujeres fuertes como Fénix, Tormenta o Kitty Pryde gracias principalmente al guionista estrella de La Patrulla-X, Chris Claremont. Los noventa supusieron un claro retroceso (como ya explicamos aquí), pero el siglo XXI ha sido más justo con todas ellas. Así llegamos a Jessica Jones, con problemas muy reales en un mundo fantástico. El guionista Brian Michael Bendis y el dibujante Michael Gaydos crearon el personaje en 2001 pero la acomodaron a una historia de sesenta años de cómics, de forma que su pasado se integrase perfectamente con el de otros compañeros enmascarados mientras su presente nos ofrece otra óptica del Universo Marvel, un plano contrapicado en el que los héroes vuelan sobre nuestras cabezas mientras Jessica malvive en las aceras de Hell’s Kitchen, resolviendo casos truculentos para poder llegar a fin de mes.

Puede que su vida sea una mierda, pero Jessica Jones será la primera mujer Marvel en gozar de protagonismo absoluto en la pantalla (mentira: fue Elektra, pero mejor olvidarlo). Será la primera, decimos, por delante de la Capitana Marvel (tendrá película en 2018) y de la Viuda Negra (el proyecto en solitario de la Johansson nunca llega a cristalizar). La actriz Krysten Ritter tendrá una oportunidad que nunca se ofreció a Halle Berry (Tormenta) o a Jennifer Lawrence (Mística). ¿Por qué? Quizá porque Jessica Jones no es una de esas divas del cómic que viven aventuras intergalácticas. Jessica es solo una tía relativamente normal que vive en un barrio con un pasado tan trágico como el suyo y que, como ella, cada día se esfuerza por salir adelante.

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Tagged: Cómic, Televisión
LAS CHICAS MALAS VAN A LA COCINA DEL INFIERNO
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