grande twitter me ha traído hoy otra interesante reflexión de Corral Herrera: Los nuevos hombres y los nuevos gozos (podrás encontrar el texto también en uno de los blogs de El País). Debajo encontrarás el texto.
Es un enfoque personal sobre sus opciones y sus elecciones aunque también tiene muchas conexiones con lo político y con lo profesional.
Coral es una de las activistas que más relación tiene con el meneillo de hombres por la igualdad en el estado español (y supongo que también con el ámbito latinoamericano) y de hecho estuvo en CIME 2011.
Su texto me ha llevado a otro de alguien que no conocía y que, gracias a mi desconexión estival, se me había escapado; se trata de ¿Qué nos pasa a los hombres? de Rubén García Sánchez.
Estoy muy en línea con lo que Rubén presenta allí: autoconocimiento, desmontar para volver a construir, crecimiento lento pero constante,… pero no estoy demasiado de acuerdo con algunas cuestiones que, precisamente, le dan de pleno a la delicada línea de flotación de nuestro querido meneillo o movimiento de hombres por la igualdad en el estado español:
querido, lo primero encantado de que haya otro hombre más enredado en este asunto y más que llegué a poder publicar sobre esta temática (nuevas masculinidades) en un altavoz tan potente como puede ser El País. Pero también tengo que decirte que realmente si hay un movimiento (aunque, para andar por casa, los varones que trabajamos activamente para y por, le llamemos meneillo)
Ya se han constatado acciones y publicaciones, en españa, desde el año 1977 (JV Marqués publicó la alienación del varón) De hecho cuatro de los precursores y de los impulsores más reconocidos (José Ángel Lozoya, Luis Bonino, Daniel Leal y Peter Szil) publicaron, en 2003, un interesante trabajo denominado Una cronología inconclusa del movimiento de hombres igualitarios del Estado Español, que se ha volcado a la red para presentar en una línea de tiempo digital y que se va actualizando continuamente porque ha pasado ya mucho tiempo desde el año 2003 y han sucedido muchas, muchas cosas en esta última década.
Te invito a conocer los enlaces que puedes encontrar en las páginas de Heterodoxia o en las de Ahige.
Te sugiero que conozcas las acciones que lanzamos desde la red de hombres por la igualdad o desde el foro de hombres de sevilla.
Innumerables grupos de hombres distribuidos por toda la geografía y algunas (aunque pocas) iniciativas institucionales promoviendo el papel de varones en la igualdad y enganchando a hombres en la lucha contra la violencia hacia mujeres y niñas (jerez de la frontera, Barcelona, euskadi, muchas delegaciones de igualdad que avanzan tímidamente en este sentido…)
y, por fin, y es en lo que no estoy de acuerdo contigo rubén… una agenda común desde 2011… porque cada uno somos de una manera y tenemos nuestras cosas… pero tenemos muyyyyyy claro algo de lo que llevamos hablando desde el principio (longtail le llaman): puntos en común (acuerdos de mínimos), creación de masa crítica, participación en los cuidados de dependientes,…
De hecho… fijaté… si se está organizando la cuestión que hasta participamos ya en espacios comunes con compañeras de distintas tendencias feministas en eventos y saraos variados y otro ejemplo que me parece muchísmo más valioso Rubén y Coral,… ¿conocen la blogosfera maternal?? pues que sepan que son muchos los papás blogueros que están empleando las pantallas y las TIC para poner en común con otras personas sus asuntos vinculados a la paternidad… los papás blogueros.
Y, para terminar, decirte Rubén que podrás encontrar a muchos de estos hombres y de estas organizaciones y grupos el mes de noviembre en Sant Boi de Llobregat
No a los machos alfa, sí a gozar junto a los ‘nuevos hombres’
Por: Autor Invitado | 05 de septiembre de 2013
Por Coral Herrera Gómez*
Amo a los nuevos hombres. Me encantó el post de Rubén García Sánchez de hace unas semanas, que hablaba, en este mismo espacio, sobre ellos, y no me puedo resistir a contarles sobre mi fascinación. Yo supe de su existencia haciendo mi tesis doctoral: primero los descubrí en los libros, después los encontré en blogsy webs, en foros y redes sociales, y los sigo hoy cual fan enamorada.
¿Y si ella toma la iniciativa y lo acuesta sobre su escritorio para hacerle lo que a los dos les place? (Getty Images)No sé si esta nueva pasión es, en realidad, una extensión de mi complejo de Edipo, porque mi padre es un nuevo hombre. Mi madre se iba a la fábrica y mi padre, como era escritor, nos cuidaba a mi hermana y a mí. Él es un hombre de esos que cocina y lava platos, que cambia pañales y baña a los nietos, que va a la compra y hace lavadoras. Disfrutó mucho de la crianza de sus hijas, y nos educó para que fuésemos mujeres independientes y trabajadoras. De ahí mi amor hacia este padre tan hermoso, a la par que feminista. Los demás padres me parecieron siempre muy patriarcales comparados con el mío.
Creo que por este complejo de Edipo, el día que conocí a mi compañero me puso tan cachonda darme cuenta de que era un hombre nuevo también. Y al conocerle mejor me enamoré perdidamente. Mi chico es de esos hombres que no tienen problemas con su masculinidad, así que no tiene que estar todo el tiempo demostrando lo macho que es. Para mí es un lujo compartir la vida con este tipo de hombres porque se puede hablar estupendamente, ya que no tienen complejos de inferioridad que les empujen a machacarte para que no brilles, no se creen que eres de su propiedad, no te celan mientras cortejan a otras, no te mienten sin necesidad, no dependen de ti porque estén contigo, y lo están hasta que dejen de estarlo. Es decir, no se sienten “condenados” a estar contigo: son libres para quedarse a tu lado.
Los nuevos hombres tienen muchas otras ventajas, porque son más autónomos, setrabajan las emociones, se comunican mejor. No necesitan criadas y por eso no “ayudan” en casa, sino que asumen su responsabilidad total sobre las tareas domésticas y disfrutan de su paternidad. Para mí son tan atractivos porque no sufren tanto como los hombres tradicionales, son más creativos en la construcción de su identidad, y viven su masculinidad con más libertad y alegría. Supongo que es porque no se sienten tan presionados para mostrar su virilidad continuamente, como les sucede a los varones patriarcales.
Yo lo recomiendo mucho a mis amigas y amigos que se busquen hombres nuevos yse alejen de los machos alfa o de los romántico-atormentados, pero creen que los mitifico y que son tan pocos que ni existen. El día que me llamaron para participar en el Congreso de Masculinidades en Barcelona, el año pasado, me sentí muy afortunada por poder conocer a algunos en persona. Llamé a mis amigos y amigas solteras para contarles que iba a conocer a cientos de nuevos hombres, pero pensaron que iba a un congreso lleno de frikis queer. Así que fui sola al paraíso.
Salí de la burbuja barcelonesa de mujeres y hombres igualitarios creyendo que otras formas de ser, de estar y de relacionarse son posibles. Pude conocer de cerca todo el inmenso trabajo que están haciendo para desmontar la virilidad patriarcal, para transformar y mejorar sus relaciones con las compañeras, para reivindicar su derecho a disfrutar la paternidad, para luchar por los derechos de las mujeres y las niñas…
‘Igualdad de oportunidades: los hombres también pueden ser feministas’, vía sexyfeminist.comSon pocos aún, a menudo trabajan aislados, sin el apoyo de otros grupos feministas, pero están abriéndose camino. Estoy convencida, desde que viví aquel romance académico-festivo con los hombres igualitarios, de que no se puede empoderar a las mujeres sin trabajar con los hombres, y de que tenemos que hacerlo juntos, para poder acabar con la eterna batalla de género que divide a la humanidad en dos grupos.
La noche que nos despedimos, estuvimos hablando de estas y otras utopías románticas. Muchos me hablaron de su deseo de enamorarse de mujeres como ellos, despatriarcalizadas: “Yo sé que hay muchas nuevas mujeres, esas que no se frustran porque no somos el príncipe azul, que no huyen cuando lloramos, que nos aman tal y como somos, que no nos sienten enemigos, que saben disfrutar de la vida y del amor. ¡Brindemos para que se multipliquen y pueblen toda la faz de la Tierra, y brindemos por el amor igualitario!”.
Un macho alfa (o la voluntad de serlo: Barney/Neil Patrick) y dos ‘hombres nuevos’ (Ted/Josh Radnor y Marshall/Jason Segel) entre los personajes de la popular serie ‘Cómo conocí a vuestra madre’.Alzamos nuestras copas esperanzados, mientras me reía pensando en las utopías que se crean en los congresos a la hora de los tragos: por la mañana, deconstruyendo unos mitos y, por la noche, creando otros. Hay ratos en que pienso que estamos en el buen camino para despatriarcalizarnos todos juntos, para transformar los patrones sobre los que construimos nuestra identidad y nuestras relaciones, para poder querernos mejor. Otros días pienso que nos quedan siglos para poder liberarnos de las opresiones (ellos y nosotras) y reinventar las estructuras afectivas, sexuales y emocionales sobre las que tejemos nuestras relaciones.
‘Ey, chica: vamos a destrozar el patriarcado’, vía urbanromanceonline.com.Aunque queda mucho trabajo por hacer, creo que tiene sentido ir hablando de estautopía romántica igualitaria porque supone una alegre reivindicación de la diversidad en la construcción de nuestras identidades y de nuestros afectos, y porque supone también honrar el derecho universal a querernos como nos plazca. Se me ocurre, además, que podemos aprovechar esto de ponernos a pensar en construir relaciones sanas y bonitas para aprender a disfrutar más de la vida y del amor.
¿Ustedes qué piensan?, ¿puede haber feeling entre un nuevo hombre y una nueva mujer, o sería demasiada la armonía?, ¿creen que estamos realmente preparadas para renunciar al tratamiento de reinas poderosas (y ellos, a ocupar el lugar de reyes absolutos) en las relaciones amorosas?, ¿tiene sentido pensar en esta utopía cuando tenemos aún inserto el patriarcado en vena, atravesando nuestro deseo y recorriendo nuestras emociones?
(*) Escritora y comunicadora española residente en Costa Rica. Doctora en Humanidades y Comunicación Audiovisual, con énfasis en Teoría de Género. Bloguera ‘queer’, su sitio es El rincón de Haika.