Hace unos meses me preguntó Begoña si me apuntaba al concierto de Bruce Springsteen que se iba a celebrar en Madrid. Me apetecía ir, por supuesto, pero había alguna cosa que no terminaba de convencerme: el posible estado de forma de "El Jefe" -aunque me han dicho que, a sus 66 años, está hecho un chaval-, la acústica del estadio Santiago Bernabéu -algo que, al parecer, acabó dando algún problema- y, sobre todo, el precio; sin embargo, Begoña trató de convencerme que no era un espectáculo caro, dada la duración del evento (tres horas o tres horas y media), la calidad de la puesta en escena, los músicos que le suelen acompañar y, por supuesto, la entrega y la profesionalidad del Boss. En algún blog amigo comenté que me había equivocado porque experiencias así no tienen precio. Bruce Springsteen y su tema "No Surrender", una canción de juventud, vital e idealista, ilustra muy bien el "momento impulso" de nuestra protagonista de esta semana, un buen ejemplo de la fuerza que transmite el rock.