Revista Cultura y Ocio

«Las Cleopatras. Las reinas olvidadas de Egipto», de Lloyd Llewellyn-Jones

Por Guillermo Guillermo Lorén González @GuillermoLorn

«La historia de las siete Cleopatras
que rigieron el destino de Egipto»

«Las Cleopatras. Las reinas olvidadas de Egipto», de Lloyd Llewellyn-JonesEn la memoria colectiva, el nombre de Cleopatra evoca un solo rostro: el de la última reina del Nilo, la mujer que sedujo a César y a Marco Antonio, que hizo temblar a Roma y que murió en una escena envuelta en seda y veneno. Pero el nuevo libro del historiador galés Lloyd Llewellyn-Jones, Las Cleopatras. Las reinas olvidadas de Egipto, viene a recordarnos algo que la historia, o más bien la costumbre de simplificarla, ha preferido olvidar: que hubo seis Cleopatras antes de la última, siete mujeres que reinaron, conspiraron, guerrearon y sobrevivieron —a veces a duras penas— en el escenario más teatral y peligroso del mundo helenístico.
Llewellyn-Jones, profesor en la Universidad de Cardiff y conocido divulgador de la Antigüedad oriental y clásica, propone una tarea doblemente ambiciosa: rescatar del anonimato a estas reinas perdidas y, a la vez, releer la dinastía ptolemaica desde una perspectiva femenina, devolviendo a las mujeres su papel central en la trama de poder. Las Cleopatras es un ensayo histórico que combina rigor con un pulso narrativo casi novelesco, un viaje que recorre tres siglos de historia desde la conquista de Alejandro Magno hasta la caída de Alejandría en manos de Octavio.

Desde el principio, el autor establece un hecho que puede sorprender al lector moderno: la célebre Cleopatra VII no fue una excepción, sino la culminación de una tradición de reinas poderosas. En el Egipto ptolemaico, el trono se compartía entre hermanos, maridos e hijos; las alianzas familiares eran laberínticas, los nombres se repetían hasta el vértigo, y las intrigas eran una forma de respiración cortesana. En medio de ese torbellino, las Cleopatras —de la I a la VII— ejercieron un poder real, no solo simbólico.
Llewellyn-Jones reconstruye, a partir de fuentes fragmentarias, los perfiles de estas mujeres que el tiempo disolvió entre las sombras. Cleopatra I, hija de Antíoco III de Siria, inaugura la línea como esposa de Ptolomeo V y, con su prudencia diplomática, mantiene la frágil independencia de Egipto frente al creciente poder de Roma. Cleopatra II y III, madre e hija, se enfrentan en una guerra civil sin precedentes; la dinastía ptolemaica convierte el incesto en política de Estado, pero ni siquiera los lazos de sangre logran contener la ambición. Cleopatra IV, repudiada y exiliada, marcha a Siria para casarse con un enemigo de su hermano; Cleopatra Selene, por su parte, navega entre alianzas orientales hasta terminar convertida en una figura casi legendaria, símbolo de la resiliencia femenina en tiempos de hierro.
Cada una de estas reinas, sostiene Llewellyn-Jones, fue una Cleopatra diferente pero un arquetipo constante: la mujer que gobierna entre hombres, que negocia entre imperios, que debe recurrir tanto al ingenio como al mito para sobrevivir. Cuando el autor llega finalmente a la última Cleopatra —la que la historia canonizó con un número romano—, el lector comprende que su trágico destino no fue el de una excepción, sino el de una dinastía entera.

Lo que distingue a este libro de tantos otros sobre el Egipto helenístico no es solo la información —aunque la hay, abundante y bien documentada—, sino la mirada compasiva y moderna con la que Llewellyn-Jones aborda a sus protagonistas. No busca desmitificar a Cleopatra VII, sino descentrarla, devolverle su genealogía, colocarla en una secuencia de mujeres que también gobernaron y también fueron borradas.
El autor escribe con un estilo ágil y visual. Las escenas de corte, los banquetes en Alejandría, las alianzas matrimoniales selladas entre incienso y traición, están narradas con una cadencia que recuerda a las mejores novelas históricas. Sin embargo, el texto no se abandona a la ficción: cada episodio se apoya en fuentes antiguas, desde Polibio y Estrabón hasta inscripciones y papiros. Lo notable es que Llewellyn-Jones no oculta las lagunas: las expone, las subraya, y nos invita a imaginar con él los huecos de la historia. En ese gesto hay algo profundamente honesto: la conciencia de que escribir sobre el pasado es, siempre, un acto de reconstrucción incompleta.

Más allá de la erudición, el libro propone una reflexión sobre el poder femenino en sociedades patriarcales. Las Cleopatras reinaron en un mundo que veía a las mujeres como excepciones peligrosas, pero su autoridad era institucional, no accidental. En Egipto, la tradición faraónica otorgaba legitimidad a la reina, y el culto a Isis ofrecía un modelo sagrado de soberanía femenina. Esa mezcla de herencia egipcia y pragmatismo helenístico permitió a las Ptolemaicas ejercer un poder real: comandar ejércitos, acuñar moneda, decidir alianzas.
Sin embargo, como muestra el autor, el precio de ese poder fue el aislamiento. Cada Cleopatra está sola en su trono, rodeada de consejeros masculinos y parientes hostiles. La maternidad se confunde con la política; los hijos son peones, los maridos rivales. La historia que emerge es trágica no por el destino final de Alejandría, sino por la reiteración del sacrificio: mujeres destinadas a sostener el poder de una dinastía que acabaría devorada por Roma.

El libro se disfruta, ante todo, por su tono narrativo. Llewellyn-Jones escribe con una prosa que combina la precisión del historiador con la sensibilidad del novelista. Los capítulos avanzan como episodios de una saga dinástica; cada reina recibe su propio escenario, su conflicto, su desenlace. El autor se detiene en los detalles —la ceremonia de coronación, los templos consagrados, las alianzas selladas con oro y promesas— y logra transmitir la sensación de un mundo que se extingue lentamente bajo el sol de Alejandría.

El tramo final del libro, dedicado a Cleopatra VII, adquiere una fuerza casi trágica. Después de recorrer dos siglos de intrigas familiares, la última Cleopatra aparece no como un mito aislado, sino como el último destello de una dinastía exhausta. Su historia, leída en continuidad, pierde algo del romanticismo que Hollywood le otorgó, pero gana en hondura humana. Llewellyn-Jones la presenta como una estratega lúcida, heredera de un linaje que entendía el poder como arte de supervivencia. Roma no destruye solo a una reina, sino a toda una genealogía femenina que había mantenido vivo el sueño de un Egipto autónomo.

Al cerrar el libro, uno tiene la impresión de haber asistido a una larga tragedia, pero también a una reivindicación. Cada Cleopatra, con su breve fulgor, se suma a un coro que desafía el olvido. Y esa es quizá la mayor virtud de esta obra: recordar que la historia no es una línea continua de vencedores, sino un conjunto de voces que pugnan por ser escuchadas.

En ese sentido, ‘Las Cleopatras’ es más que un ensayo histórico: es un acto de justicia poética.

El autor:«Las Cleopatras. Las reinas olvidadas de Egipto», de Lloyd Llewellyn-Jones
Lloyd Llewellyn-Jones es catedrático de Historia Antigua en la Universidad de Cardiff. Está especializado en la Persia aqueménida y la historia sociocultural griega, así como en la recepción de la Antigüedad en la cultura popular. Es editor jefe de Edinburgh Studies in Ancient Persia para la Edinburgh University Press y coeditor general de Screening Antiquity, también para EUP. Nacido en el sur de Gales y educado en Hull y Cardiff, Lloyd viaja con frecuencia por Oriente Próximo, especialmente Irán, a menudo dirigiendo viajes culturales, y ha actuado como asesor histórico para importantes películas de Hollywood y para documentales de televisión. Es autor entre otros, de Los persas (Ático de los Libros, 2024) y Babilonia, de próxima aparición en Ático de los Libros. Le encantan el teatro y la ópera.

El libro:
Las Cleopatras. Las reinas olvidadas de Egipto (título original: The Cleopatras: The Forgotten Queens of Egypt, 2024) ha sido publicado por la Editorial Ático de los Libros. Traducción de Isabel Fuentes. Encuadernado en tapa dura con sobrecubierta, tiene 408 páginas.

Como complemento pongo un vídeo titulado La historia real de Cleopatra VII, la reina que enamoró a Julio Cesar y Marco Antonio, realizado por Raquel de la Morena.


Para saber más:
https://en.wikipedia.org/wiki/Lloyd_Llewellyn-Jones


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