¡Qué asco de comida! decía un titular periodístico hace unos días, en referencia a las comidas que nos sirven en las guardias últimamente.
Llevo haciendo guardias más de 25 años y siempre he comido las diferentes comidas que me han servido, bares de al lado, empresas de catering, comidas hechas de compras en tiendas cercanas, y casi ninguna vez he oído a nadie que le guste la comida estando de guardia.
Mis expectativas con relación a las comidas de las guardias son básicas, alimentarias y que me dejen comer sin que me levante algún paciente más de una vez.
Estando de guardia estás trabajando, fuera de tu casa, estás en tensión, te llaman, acabas de hacer un tacto rectal, un niño te ha vomitado encima o has valorando recientemente una gangrena en un pie de un anciano terminal, ¡como va a estar buena la comida!
La comida está buena y te sienta bien si estas tranquilo, rodeado de amigos, tomando una copa si es necesario y sin que te levanten varias veces.
Hace pocos días estábamos comiendo estando de guardia, la enfermera un bocadillo de jamón de bellota, el técnico una comida deliciosa hecha por su madre y yo la comida esa que aparece en la foto, pues bien al que le sentó mejor fue a mi, no me llamaron durante toda la comida, ni un rato antes ni un rato después, mi compañera enfermera se tuvo que levantar dos veces, en una de ellas tuvo que extraer un tapón de cerumen con un aspecto horrible, luego curar una ulcera varicosa, al técnico lo enviaron a un traslado a un hospital de una población cercana mientras comía.
Ahí tenéis la explicación, ni jamón de bellota, ni comida de mama en el "tupper", lo que hace falta es comer tranquilo y sin estar de guardia, seguro que te sienta mejor.
!Ah!, puestos a elegir prefiero las empresas locales que rodean al centro de salud, y sobre todo que nos la sigan suministrando.
Médico Rural