Después de publicar la primera y segunda parte de “este niño no me come“, aquí tenéis la tercera y última entrega de la saga acompañada de unas cuantas más deducciones a las que he llegado a través de observar a otras madres y de mi propia experiencia.
Despertar al niño para comer. A ver, si un niño está perfectamente de salud, ¿qué necesidad hay de levantarlo por la noche para enchufarle el biberón? después nos quejamos que de día no comen (claaaaro, ¡si por la noche ya se han puesto las botas!) o más tarde nos quejaremos que el niño no duerme de un tirón por la noche (elemental, ¡le hemos acostumbrado al biberón de medianoche!). Seguro que conocéis el mega-famoso término “a demanda”. Pues eso, a aplicarse y a no molestar a los peques por la noche si no lo piden.
Biberones y papilas. Las indicaciones de las cantidades en los paquetes son sólo éso, una orientación y no un dictado.
Recomendaciones del pediatra. De la misma manera que los paquetes de cereales y leche, las recomendaciones de los pediatras son eso, recomendaciones. Así que no os martiricéis si no come los 250 ml de fruta o los 350 ml de leche. Cada niño es un mundo. A la larga, más que la cantidad lo que importa es la variedad. ¡Ojalá me lo hubiera tomado así con mi peque! ¡me hubiera ahorrado muchos berrinches y preocupaciones innecesarias.
Percentil. Sí, sí, habéis leído bien: percentil. La primera vez que el pediatra me soltó esta palabra me quedé de pasta de boniato (“pero que coño es eso?”). Al cabo de unas semanas esa palabreja se mete en tu vida y en todas tus visitas al pediatra hasta pasar a ser toda una obsesión. ¡Ay madre del amor hermoso si tu peque NO se encuentra dentro de la dichosa línea de la gráfica! una madre primeriza, si no se le informa bien de esa gráfica puede llegar a convertirse en la peor de sus preocupaciones. Vamos, que estas dichosas gráficas nos traen fritas durante los primeros meses del peque. Pero a ver, desdramaticemos. Según me explicó el pediatra cada país elabora una de esas dichosas gráficas de manera distinta y nunca coinciden entre ellas. Entonces, ¿quiere éso decir que tu peque esté por encima o por debajo de la media dependerá del país dónde viva?. Como ya he dicho en alguna ocasión, cuando una cosa se mide o se puede interpretar de varias maneras señal que no es tan importante. Así que tomaros los percentiles como lo que son, una guía pero no una ley. Vamos, que en este mundo tiene que haber altos, bajos, más delgados y más gordos, no? o ¿es que a caso todos somos iguales?
Después de todo lo dicho, mamás y papás, ¿queda claro, no? si vuestro peque vomita, hace bola o escupe el alimento tened presente que puede ser que esté hasta las orejas de comida y no porque esté enfermo. Un niño pequeño no rechaza la comida por capricho! intentemos que el peque coma de todo, pero no obligándole a base de la fuerza, los sobornos o los castigos, sinó ofreciéndole poco a poco de todo un poco, permitiéndole jugar y experimentar con la comida y siendo tú misma su ejemplo a seguir. Si tú comes de todo él acabará comiendo de casi todo, los peques son unos imitadores natos. Obligándoles sólo se consigue que lleguen a odiar el momento de la comida.
Y para acabar, una reflexión. Si tu peque pesa 10 kilos y se come todo un plato hondo de lentejas, tú que pesas 6 veces más tendrías que comerte 6 platos! ¿qué te pasaría? ¿cómo reaccionarias si te obligaran a comértelo?