¿Cómo ha llegado Albert Rivera a
la conclusión de que la ruina de España son las Diputaciones? Si Albert me lo
permite, me gustaría llamarle a partir de ahora
“El niño del Traje Nuevo del Emperador 2.0” (el único que se quiere dar
cuenta de que el emperador va desnudo).
Alguno de ustedes puede haberme
visto en mi entrevista de Antena 3 hace casi dos años, cuando todavía me
faltaban dientes por salir y muchos artículos que publicar. Por aquel entonces había causado un considerable revuelo mediático con una de mis entradas más
leídas: “Mis pautas para salir de la Crisis” ¿Cuál era el primer punto de esta lista?
ELIMINAR Las Comunidades Autómas. Todo el mundo se quedó sorprendido de que un niño de
entonces 10 años, se atreviese a decir públicamente lo que todos pensábamos y que
sería la solución a esta ruina a la que ningún partido quiere poner fin.
Pasaron dos años hasta que a
alguien, -Albert Rivera- esta vez con ideología e intereses políticos, se le
volvió a encender la bombilla y empezó a
predicar la idea, aunque un poco más descafeinada y menos radical, como es
la de quitar las Diputaciones. ¿Qué soluciona eso, cuando hay cargos
multiplicados por dos, tres o cuatro en cualquier institución municipal,
regional e incluso en la nacional? Es cierto que se podría ahorrar una cantidad
importante de dinero, pero si en este enorme cáncer no vamos al órgano diana no podremos parar la metástasis.
Los que hemos nacido en "memocracia" (1978 en adelante) solo
hemos conocido las Comunidades Autónomas, pero, ¿qué teníamos antes? Hasta la muerte de
Franco, las provincias se agrupaban en regiones, donde solo había 2 cargos de
relevancia: Gobernador civil y Gobernador militar y un 25% menos de
funcionarios.
El modelo de Javier de Burgos de
1833 incluía 49 provincias. El detalle de 43 de dichas provincias se hacía
aludiendo a su pertenencia a 11 regiones históricas que aparecían nombradas por
orden alfabético, en tanto que las 6 provincias restantes de: Canarias, Palma de
Mallorca, Navarra, Álava, Guipúzcoa y Vizcaya fueron listadas de manera
independiente a región alguna y sólo en las décadas posteriores a la entrada en
vigor del Decreto pasarían a ser consideradas a nivel práctico también como
regiones (de carácter uniprovincial en el caso de Canarias, Baleares y Navarra;
de carácter pluriprovincial en el caso de Vascongadas agrupando a las
provincias de Álava, Guipúzcoa y Vizcaya), elevando el número total de regiones
a 15. De esta forma, todas las regiones eran aproximadamente iguales en
extensión y el poder residía directamente en el Estado, evitando el riesgo de
sublevaciones.
En mi opinión, las Comunidades Autónomas fueron
una mala copia del sistema federal de EEUU, principalmente porque un Estado
Americano era más grande en extensión que todo el territorio español (véase Texas,
Alaska, California…) Nuestro sistema
autonómico español conlleva a un despilfarro anual de 100.000 millones de euros,
frente a los 22.000 millones de las diputaciones. ¿Hay tanto que pensar? Está
claro lo que sobra, ¿no? La única solución que encuentran nuestros ilustres
políticos a esto, es subir los impuestos
a los ciudadanos; las Comunidads¡es Autónomas son muy necesarias para seguir despilfarrando.
¡Hasta la próxima!
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