Cuando digo que las consecuencias legales de la okupación apestan, me refiero a que quien está del todo desprotegido es el propietario (la víctima), y toda la legislación está montada para proteger al okupa (recordemos que el okupa es el delincuente que ha usurpado nuestra propiedad, por si se nos había olvidado). El otro día hablaba en un artículo del manual de okupación que se puede descargar de internet, pero eso no es todo; el simple hecho de que exista ese manual implica que hay una organización criminal en torno a este asunto. Los okupas ya no actúan de manera descoordinada ni suelen ir por libre. La mayoría están debidamente asesorados y saben muy bien lo que tienen que hacer para tener atrapado al propietario en un laberinto judicial que solo sirve para darles tiempo y permitirles seguir okupando el inmueble propiedad de otra persona.
Las consecuencias legales de la okupación apestan porque si el okupa ha cambiado la cerradura, el propietario no puede echarlo de su propia casa
Las consecuencias legales de la okupación. Tenemos unas leyes que no protegen al propietario
¿No es absurdo? Creo que ya dije que es algo parecido a lo que ocurre si tenemos la desgracia de que un ladrón (violador o asesino) entra en nuestro domicilio y acabamos partiéndole la cabeza. No importa que haya entrado sin nuestro consentimiento, no importa que nos haya golpeado, violado o robado, solo importa que él tiene la cabeza abierta y nosotros seremos responsables penales del asunto. Con la okupación sucede algo parecido. Dejamos libre por un tiempo una vivienda y cuando volvemos nos encontramos con que alguien ha cambiado la cerradura y no podemos entrar. Uno pensaría: «Pues la vuelvo a cambiar yo y punto». Pues no, eso no se puede hacer. Lo que no sabría explicar (porque para mí es incomprensible) es por qué los que han okupado la casa se salen de rositas y el propietario es el que tiene que pasar todo el vía crucis judicial. No sé si seré capaz de entenderlo algún día. No entiendo a nuestros legisladores a quienes les importa una m… la verdadera legalidad y se inventan leyes para retorcerla y ponerla del revés. Si yo fuera legislador y escribiera una de esas porquerías me iría escondiendo por las esquinas para que nadie me conociera.
La fiscalía justifica el incremento de la okupación (cerca de 25.000 en un año) por las dificultades económicas de los okupas. ¿Pero qué tiene eso que ver con que el propietario tarde hasta tres años en recuperar lo que es suyo? ¿Y qué pasa con las dificultades económicas del propietario?
Dicen que si el propietario denuncia inmediatamente y el okupa no ha cambiado la cerradura, la policía podrá echar a los inquilinos indeseables rápidamente devolviendo la propiedad a su verdadero dueño, pero parece ser que no cuentan (o no quieren contar) con que esa es una de las normas básicas de cualquier okupa: cambiar la cerradura de inmediato. El propio manual explica cómo hacerlo.
Todo esto se agrava todavía más cuando una serie de movimientos políticos que no necesito nombrar porque todos sabemos a quienes me refiero, defienden de manera más o menos encubierta la okupación porque de una manera u otra están en contra de lo que llaman capitalismo, como lo están (aunque intenten no decirlo demasiado alto) contra la propiedad privada, al menos en contra de la que no puedan manejar ellos.
Con la ley en la mano el propietario está desprotegido ante el inquilino moroso, pero todavía lo está más contra el pseudoinquilino que ha entrado en su casa sin contrato.
El negocio de la okupación
Si existe el negocio de la okupación es también por las ridículas leyes que tenemos y que nadie parece dispuesto a cambiar. Existen mafias que se dedican a localizar inmuebles y cambiar las cerraduras para, a continuación «venderlos» por 600 euros a quien quiera okuparlos, con instrucciones de cómo quedarse el máximo tiempo sin consecuencias. Según las estadísticas, estas mafias controlan más de mil inmuebles solo en Madrid.
¿De qué nos pueden acusar en caso de sacar a los okupas de nuestra casa y volver a poner una cerradura de la que tengamos nosotros la llave?
Pues parece ser que en tal caso incurriríamos en un delito de retención ilegal, sea eso lo que demonios sea.
¿Quién está dispuesto a cambiar las leyes para proteger a los propietarios contra inquilinos y okupas indeseables?
¿Alguien levanta la mano?
Ramón Cerdá