“Entre si, el no y el olvídame”
- A ver… ¿Qué quieres saber de mi?
- Todo.
- Especifica.
- Tu vida sentimental.
- Que directo.
- Eso me has dicho..
Desde hace unos meses hablo, escucho, le psicoanalizo y me psicoanalizo, hago de médico la mayoría de las veces, él hace de espectador perfecto en su papel, le imagino con una taza de café entre manos mirándome directamente a los ojos, asintiendo, sonriendo y diciendo las palabras justo a tiempo y luego ausencia pintada en su iris… Palabras, palabras, palabras que se las lleva el viento, palabras impresas en hojas invisibles tatuadas en esta maldita pantalla de plasma. No creo en las palabras, creo en los hechos. No creo en los sentimientos escritos bajo la luz de la luna con la ayuda de nuestra imaginación que nos juega malas pasadas, yo quiero hechos.
Y los hechos vendrán el mes que viene, y yo me estoy preparando para la batalla. Esa donde me caigo y me recoge, esa donde me caigo y como una super heroína le doy una patada en el estómago para que no me toque, para luego desaparecer en medio de humo, en medio de la nada… También está la otra posibilidad que mi “no se aún la respuesta, solo puedo ser tu amiga” tenga el efecto deseado para que él acepte lo que hay y sepa que me tiene, pero no como el desea.
Todo sería mas fácil si fuera como antes, tú quieres un buen rato, yo también, juguemos con fuego aunque acabemos quemándonos para luego olvidarnos mutuamente hasta que se calme el dolor y beses otros labios. Me equivoqué, él no quiere eso. Me equivoqué, él me quiere a mi al 100% sin trampa ni cartón. El problema está en que una cosa he aprendido, antes que nada ni nadie en el tema del corazón siempre estoy yo, y esta vez no seré yo quién intente resolver este enigma viajando para mantener una ilusión.
He dicho. El mes que viene diré otra cosa… O no.
P.D.: Siento estar desaparecida por aquí y el mundo twittero, pero últimamente estoy bastante liada, intentaré volver pronto. Lo prometo