¡Buenas tardes a todos! Espero que estéis pasando un fin de semana tan entretenido como el mío...
Inmersa en libros de terapia cognitivo-conductual desde hace un par de meses y a una semana de tener exámenes, he encontrado un tema muy interesante que hacía tiempo que no revisaba y que me apetece compartir con vosotros. A priori es probable que os genere algo de rechazo el tema "terapias", por tratarse quizás de un tema demasiado técnico y poco sencillo de entender para aquellos que no dominen la disciplina. Sin embargo voy a intentar presentarlo o mejor dicho introducirlo, de tal forma que no sólo te parezca un texto sencillo, sino muy aplicable a tu vida diaria, tengas conocimientos de psicología o no.
Albert Ellis, uno de los más influyentes psicólogos norteamericanos del siglo XX, ha dejado en la historía de la psicología un legado revolucionario todavía vigente a día de hoy, el procedimiento terapéutico pionero en terapias cognitivas que denominó en 1953 terapia racional y que modificó en 1993 pasándose a llamar terapia racional emotivo-conductual (TREC), incluyendo su famoso modelo ABC.
¿Qué es el modelo ABC?
Imagínate un día cualquiera paseando por la calle. Estás en las escaleras mecánicas del metro y alguien que pasa deprisa a tu lado te da un empujón. Este empujón supone el estímulo activador (A) del modelo ABC, un estímulo que proviene del entorno, que sucede externo a tu organismo. Tú, que eres una persona con una historia genética y ambiental determinada así como con una personalidad concreta, tienes unos esquemas en tu mente que Ellis llama creencias. Estos esquemas o creencias, tuyos personales, son distintos de los que tienen otros individuos, y han ido formándose a lo largo de tu vida en función de tu perfil genético o hereditario así como a través de tu experiencia personal. Es tu manera personal de interpretar la realidad, tu estilo de pensamiento, tu conocimiento sobre el mundo, lo que en psicología llamamos cogniciones (B). Digamos que a partir del estímulo A (empujón) se produce un centrifugado en tu mente en el que tu conocimiento, tu experiencia y tus creencias, colaboran para dar significado a ese estímulo, un significado que generará en consecuencia ciertas emociones, que te conducirán a emitir una respuesta determinada, manifestada a través de la conducta (C). ¿Hasta aquí todo bien?
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