Revista Coaching

Las Creencias Limitadoras son parte de nuestro sistema operativo

Por Coach2coach @Esther_Roche

Las Creencias Limitadoras no son más que parte de nuestra programación personal, nuestro sistema operativo.Nuestra programación mental está formada por valores, experiencias, aprendizaje y, como no, creencias y creencias limitadoras. Dijo Anaïs Nin que “las cosas no son como son, sino como somos nosotros”.

Una observación muy acertada y demostrada hoy en día por la neurociencia: a medida que vamos repitiendo (o nos repiten) ciertas ideas, pensamientos o emociones, se van formando y reforzando nuestras conexiones neuronales.Las creencias limitadoras y las potenciadoras son los paradigmas personales bajo los que opera el ser humano, nuestra forma de interpretar el mundo y lo que nos pasa.

Creencias limitadoras
Percibimos la realidad a través de nuestros propios filtros, aprendidos y desarrollados desde nuestra más tierna infancia. Aprendemos lo que vemos, lo que oímos y lo que experimentamos como cierto. A partir de esas experiencias formamos opiniones, que al repetirse se convierten en creencias limitadoras o no. A esta interpretación personal, basada en nuestras experiencias, la llamamos “mapa”. Pero “el mapa no es el territorio”, sino tan sólo una representación de él. Pues bien, las creencias limitadoras son certezas que creemos que son el territorio, cuando sólo es un mapa. Esas creencias limitadoras son certezas que nos guían sin ser nosotros conscientes de ello, y que nos hacen actuar de un modo determinado. Una típica creencia limitadora de los hombres en general es que “los niños no lloran” y una creencia limitadora muy típica para las mujeres es que “las niñas juegan con muñecas”.

Además de las creencias limitadoras, también hay creencias catalizadoras o potenciadoras, las que nos dan poder para hacer cosas, nos dan el empuje necesario para conseguir metas. Las creencias limitadoras son las que nos producen los miedos, nos limitan. Las creencias limitadoras son creencias falsas que una persona adquiere como resultado de aprendizajes o conclusiones erróneas acerca de ciertas cosas. “Soy un perdedor, no sirvo para esto”. “Nunca triunfaré en la vida”. “Soy mediocre”. “Soy un fracasado”.

Todas estas creencias limitadoras o potenciadoras, sobre todo cuando actúan en el inconsciente, refuerzan cada vez más las conexiones neuronales que un día formaron, y por tanto te predisponen a ser mediocre, fracasar, no tener éxito. ¿Te imaginas a Rafael Nadal teniendo estos pensamientos? Yo no. ¿Crees que alguna vez los tuvo de niño? Seguramente sí. Pero no permitió que esas conexiones neuronales formasen una autovía en su cerebro, sino que luchó contra ellas actuando en contra.

El mayor problema que causan las creencias limitadoras es que te obligan a actuar por debajo de tu potencial. Imagina que tienes delante de ti una caja de metal que pesa 10kgs pero dice: “Esta caja pesa 200kgs”. Ni siquiera te molestas en intentar moverla. O imagina que de niño querías ser escultor, pero “niño, lo importante es estudiar, no modelar con arcilla”, “niño, tú saca las matemáticas y la física y olvídate de las manualidades”. Hacías figuras extraordinarias, moldeabas la arcilla con gran habilidad, tallabas madera con soltura pero… “esto no me va a servir para nada en la vida. Quizá como hobby”. ¿Te imaginas qué habría ocurrido si Messi hubiese actuado de esa forma? ¿Pedro Almodóvar? ¿Albert Einstein? ¿Ramón y Cajal? ¿Steve Jobs? ¿Amancio Ortega? ¿Madonna? ¿Eduard Punset? ¿J.K. Rowling? Estas personas no se diferencian de ti y de mí por tener un don para investigar, descubrir, inventar, escribir. Estas personas marcan la diferencia porque han trabajado mucho para eliminar sus creencias limitantes, saltar barreras, enfrentar y combatir sus miedos (entre otras cosas). Y así…lograr sus sueños.

Lamentablemente el sistema educativo actual, y la sociedad en la que vivimos, no fomentan precisamente los talentos de las personas, ni su potencial. Ni siquiera fomentan el hecho de descubrirlos. Al contrario, los aplastan. Aplastan los talentos y aplastan a las personas inculcándoles falsas creencias sobre sí mismos: creencias limitadoras. Pues bien, te animo a que descubras qué te limita y qué te potencia; recuerda que no puedes poner remedio a cosas de las que no eres consciente y el coaching ayuda a traer ese tipo de cosas a tu cerebro consciente. Ahora que has leído esto, ahora que eres consciente de que tienes creencias que te están limitando, está en tus manos volver a recuperar tus ilusiones y hacer lo que viniste a hacer, no lo que te dijeron que tenías que hacer. Como Jobs, Messi, Nadal o Punset.


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