"Las Crónicas de Narnia, el león, la bruja y el armario" (Andrew Adamson, 2005)

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El éxito de "El señor de los anillos" (Peter Jackson, 2001) y "Harry Potter y la piedra filosofal" (Chris Columbus, 2001) no sólo dieron pie a sus también taquilleras continuaciones sino que hicieron posible una época dorada del fantástico familiar en el cine. Gran responsabilidad en ello fue de los equipos de producción, maquillaje y efectos especiales que hicieron grandes trabajos como el que se puede ver en esta adaptación de la novela de C. S. Lewis. El autor de la novela fue amigo de J. R. R. Tolkien en Oxford y creó su propio universo fantástico, como aquel hiciera con la Tierra media y Walt Disney acertó al convertirlo en imágenes. Ambos mundos de estos dos autores hablan sobre enfrentamientos entre seres fantásticos que representan el bien y el mal y tienen una importante carga simbólica con un potente trasfondo existencial y trascendental. En el caso de "Las crónicas de Narnia" se alude a la imaginación propia de la infancia a través de unos niños que se refugian de la guerra en una casa de campo y nos sumergen en el microcosmos que imaginan. La historia es un cuento maravilloso, un sueño que invita a evadirse y una película eficaz, muy correcta a todos los niveles, bien ambientada y emocionante en varios momentos. Quizás no logra el nivel de las sagas arriba comentadas, pero es también un título idóneo de aventuras para toda la familia.