Título original: Four Past Midnight
Páginas: 496
Editorial: DeBolsillo / PRH
Si conseguiste sobrevivir más allá de Las dos después de medianoche , ahora estás obligado a encontrar el secreto más horripilante que jamás ha escondido un pueblo, y a enfocar a una bestia que despedazará tu cordura.Para mi siempre es un placer leer a Stephen King, y últimamente la editorial me ha consentido con dos de sus libros y eso me tiene loca de contenta. El primero que leí fue "Las cuatro después de medianoche" que consta de dos historias cortas, una se llama El policía de la biblioteca y el segundo El perro de la polaroid.
Simplemente, vuelves a estar en las manos de Stephen King, paralizado por otro extraordinario par de novelas que detendrá tu corazón... justo a las cuatro después de medianoche.
Como buen libro de Stephen King (se nota enseguida su pasión por escribir) comienza con un mensaje del autor para sus lectores frecuentes, donde nos cuenta sobre el libro y la inspiración detrás de éstas historias. Y como comentario extra, les comento que yo AMO cuando Stephen King se toma la molestia (casi siempre, de hecho) de contarnos el trasfondo de sus historias, de dónde se inspiró, o qué lo llevó a escribir la historia que tienes en tus manos. Es realmente un placer para mí leer ésto, me hace sentir más cercana a la historia, y aún más a King (que por si aún no queda claro, es mi autor favorito jajaja).
La primera historia se llama El policía de la biblioteca, según en Estados Unidos existe la costumbre de decirle a los niños que si no devuelven los libros a la biblioteca a tiempo y en buen estado, la policía de la biblioteca iría por ellos. Personalmente nunca había escuchado nada similar en toda mi vida. Pues el cuento gira en torno a ésta historia que le cuentan a los niños para asustarlos y crearles la costumbre de cuidar los libros y ser puntuales.
Sam Peebles, un agente inmobiliario necesita escribir un importante discurso que le puede conseguir varios compradores, y sigue el consejo de su secretaria de acudir a la biblioteca pública por un par de libros que le pudieran ayudar con su discurso. Ahí conoce a una viejecita que a pesar de siempre sonreír, le dejaba una sensación de intranquilidad, toda la biblioteca lo hacía sentir así. Especialmente cuando ella entre sonrisas le dice que más le vale entregar los libros a tiempo si no quiere que el policía de la biblioteca vaya por él. Fue una experiencia extraña y un tanto espeluznante, pero su discurso salió bien y los libros fueron de gran ayuda. El problema inició cuando un par de días después del plazo recibido, no había devuelto los libros y muchas coas extrañas comenzaron a sucederle.
El segundo cuento, y el que más me gustó, trata sobre un adolescente que recibe como obsequio una cámara instantánea Polaroid, una que deseaba muchísimo. Con la emoción a tope reunió a su familiar para estrenarla tomándoles una fotografía, sintiéndose el rey del mundo por poseer esa cámara, sin imaginarse la impresión y decepción que sentiría al tener la imagen entre sus manos, una imagen que definitivamente no retrataba a su familia. Tal vez sus padres le estaban jugando una broma, así que tomó una fotografía más, y otra, y luego otra, pero la imagen seguía siendo la misma.
El primer cuento tardó un poco en atraparme, porque la historia sobre el policía de la biblioteca, esa que supuestamente le cuentan a los niños de Estados Unidos, no fue algo popular donde yo crecí (o sea, aquí ni siquiera es una costumbre ir a la biblioteca), así que no llegué realmente a sentir una conexión con ese relato. Pero conforme avanzaba me fui adaptando a los personajes, al ambiente y a la historia. Tiene un final bizarro como muchas de las historias de King, pero al final lo disfruté.
El segundo cuento en cambio tuvo un mejor inicio, me atrapó mucho más rápido, y tenía ganas de devorarme la historia para saber primero qué era lo que salían en las fotografías y segundo, saber por qué sucedía. Realmente me intrigó desde el inicio. Además que por más que avanzaba con la lectura, nunca lograba imaginarme cómo podría terminar, no le podía predecir ni un tipo de final, y eso me encanta, cuando eso sucede literalmente me devoro los libros por la mera curiosidad. Igual ésta historia es un poco más gore y gráfica que la primera, sobra que lo diga, pero "muy al estilo de Stephen King" cuando se pone intenso con la sangre.
A pesar de que El perro de la Polaroid fue la historia que más me gustó, su final no me terminó de fascinar, siento que la idea que tenía King en mente podía desarrollarse y ser algo más tenebroso y macabro. Como que pudo "sacarle más jugo" con un final diferente. Pero en fin, eso tampoco dice que me haya disgustado, simplemente me hubiera gustado algo que me diera más miedo.
Y pues, esas son las razones por las cuales el libro no tuvo una calificación perfecta (King casi siempre consigue una calificación perfecta conmigo), pero el amor no me ciega, y sé cuando algo no me termina de fascinar, y ésta vez no sucedió así.
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