Eso es lo que nos relata Nick Morgan en su libro 'Power cues' refiriéndose al trabajo de Sandy Pentland y su equipo.Pentland encontró que el comportamiento humano puede ser predicho en base a unas señales o comportamientos que denominó 'señales honestas'.
Esto es lo que dice:
We have found [] that many types of human behavior can be reliably predicted from biologically based, honest signalling behaviors.
¿Por qué ese llamativo apelativo de 'honestas'?
Pues porque, al parecer, son muy precisas y creíbles, o al menos eso es lo que nos dicen, en la predicción del resultado de un discurso o comunicación, en el éxito o no del mismo, porque revelan las intenciones del que habla de una forma mucho más fiable que sus palabras, que su discurso consciente.
¿Y cuáles son estas señales?
Pues estas cuatro:
- Influencia: hasta qué punto una persona domina la conversación y su audiencia le concede inconscientemente autoridad. No se trata tanto de ocupar toda la conversación cuanto de conseguir que la audiencia siga al orador, le imite.
- Mimetismo: hasta qué punto una persona mimetiza a otra. Ya vimos en un artículo anterior sobre el uso del lenguaje no verbal en discusiones, que el mimetismo, el reflejo, indica estar en un mismo nivel y aproximadamente de acuerdo que el interlocutor.
- Actividad: lo enérgica y entusiasta que es una persona
- Consistencia: que tiene que ver con el equilibrio del discurso y sobre todo de los gestos que lo acompañan, consiguiendo un balance en el énfasis y el 'timing', un balance que denota foco y claridad
La habilidad y la dificultad, claro, estriban en adquirir el dominio de estas cuatro señales de una forma natural.
Para ello, Nick Morgan nos ofrece como receta primaria la autoconfianza...pero a esta autoconfianza hay que condimentarla con otras muchas técnicas que detalla en su libro.
No esperaríamos que el garantizar el éxito de un discurso fuese algo sencillo ¿verdad?