Revista Viajes

Las cuevas luminosas de Nueva Zelanda

Por Enodius @enodius_es

Hoy queremos viajar bien lejos y por ello nos plantamos en Nueva Zelanda, para mostraros una joya natural digna de mención que os dejará sin palabras. Hablamos de una caverna que puede visitarse y que esconde un espectáculo único: la cueva de Waitomo.

En un inicio, al ser una cueva podemos pensar -para que ir tan lejos para visitar una cueva en la que disfrutar de las formaciones habituales en las entrañas de la tierra: estalagmitas, estalactitas o rocas con peculiares formas- . Y no os lo vamos a negar, en las cuevas Waitomo podrás disfrutar de estas maravillas, pero sin embargo esta cueva atrae cada año a cientos de miles de turistas porque ofrece algo más, un espectáculo único. Su principal atractivo, aparte de su belleza natural, reside en el inquilino que se ha adueñado de los techos de dicha cueva, nada más y nada menos que  “Glowworm“.

Waitomo Nueva Zelanda

Pero, ¿qué es el Glowworm? es el nombre común para los diferentes grupos de insectos de larva que brillan a través de bioluminiscenciaes. Es decir, es un insecto parecido a las luciérnagas que todos conocemos.

En Waitomo encontramos principalmente una abundante colonia de estos curioso mosquitos luminosos que van formando hileras de larvas que cuelgan de finísimos hilos tendidos por estos insectos. La imagen que nos ofrecen es como la de mágicos collares colgando de la oscuridad y brillando en el interior de la cueva. Además, debido a la humedad del interior de la cueva, estas larvas de insectos se encuentran en su salsa.

La cueva está formada por tres niveles diferentes, y como puede usted sospechar el verdadero espectáculo se encuentra en el tercer nivel. Esta zona recibe el nombre de “La Catedral” debido a que es una área cerrada con paredes de roca de unos 18 metros de altura con una gran acústica. Además, es aquí donde en mitad de la oscuridad (al visitar la cueva, te dan un casco con una pequeña luz) descubrirás estas maravillosas hileras luminosas de larvas.

Actualmente, sus visitantes pueden realizar diferentes recorridos. Desde navegar en un pequeño barco por el río subterráneo que pasa por estas grutas mientras un guía le explica lo que van observando hasta, para los más aventureros, la posibilidad de dar paseos a nado libre.

Por supuesto, está absolutamente prohibido tocar ninguno de estos  collares luminosos.

Una curiosidad es que estos gusanos al final de su ciclo vital se hace una crisálida y cuando sale es con forma de mosquito y muchos de estos mosquitos acaban sus días adheridos a los hilos pegajosos de otras larvas que se alimentarán de ellos.

Un espectáculo digno de ver, así que si estas planeando un viaje a Nueva Zelanda no dudes en incluir estas cuevas en tu hoja de ruta, seguro que no te dejaran indiferente. Y si Nueva Zelanda no se encuentra en las rutas de este año, aquí os dejamos un vídeo para disfrutar de este maravilloso espectáculo.


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