La pared torácica protege los órganos internos tales como el pecho, los pulmones y el corazón, así como algunos órganos abdominales superiores tales como el hígado y el bazo. También proporciona flexibilidad durante los movimientos del hombro y del brazo, y contribuye al proceso de la respiración. Es lógico, entonces, que el desarrollo normal de los elementos de la pared torácica (costillas, columna vertebral, la clavícula y el esternón) es crucial para muchas funciones fisiológicas.
Las deformidades estructurales de la pared torácica, independientemente de ser congénita o adquirida, se conocen como deformidades de la pared torácica. Con la ayuda de avanzada radiológica, y la evaluación clínica, el avance significativo para el conocimiento y la comprensión de estas deformidades, se produjo en las últimas dos décadas. Pectus excavatum o el pecho ahuecado y en quilla, también conocido como el pecho de paloma, son las dos deformidades de la pared torácica más comunes.
Pectus excavatum
Esta es la anomalía congénita más común de la pared torácica, que se caracteriza por el pecho embudo. Un nivel variable de la depresión del esternón o inferiores cartílagos costales, se ve en este caso. Estas anomalías se producen en las primeras fases de la vida y se encuentran tres veces más frecuentemente en hombres que en mujeres.
Diversos estudios trataron de examinar la causa del pectus excavatum, pero no se encontró ninguna causa exacta. La asociación con el síndrome de Marfan y la escoliosis puede sugerir su relación con los trastornos del tejido conectivo.
La terapia física integrada es a menudo la primera opción en la vida temprana, aunque muchos médicos tienden a dejar sin tratar las deformidades leves, por considerar que son problemas puramente cosméticos. La cirugía se reserva para los casos avanzados y graves de la enfermedad, aunque estudios recientes sugieren que la corrección quirúrgica de la deformidad puede mejorar significativamente la calidad de vida del paciente.
Pectus carinatum
Esta es la segunda deformidad de la pared torácica más común. También es más frecuente en varones. El problema es que el cuerpo del esternón y los cartílagos costales adyacentes sobresalen, lo que hace que el pecho, sea como el pecho de una paloma. Los defectos de fusión esternal (hendiduras de las esternón) y deformidades del músculo del corazón son las otras anomalías asociadas con este defecto.
La patogénesis no está muy clara, pero se asocia con trastornos del tejido conectivo, al igual que el pectus excavatum.
El tratamiento no quirúrgico es el refuerzo ortésico, que proporciona compresión antero-posterior del tórax. Esta técnica ha demostrado ser muy útil, con una tasa de éxito de hasta el 80%. El tratamiento quirúrgico de tórax en quilla, se realiza generalmente en los casos graves.
La escoliosis es una deformidad muy común de la columna vertebral, que también puede hacer que el pecho busque asimétria, debido a una curvatura de lado a lado de la columna vertebral.
Una postura correcta, ejercicios, y el peso óptimo durante la infancia, puede prevenir un gran número de deformidades de la pared torácica.
Todas las deformidades anteriormente indicadas son de desarrollo, lo que significa que se manifiestan durante la infancia, como el resultado de una combinación de factores genéticos y ambientales. Además de ellos, las anomalías de la pared torácica pueden ser adquiridas debido a las lesiones y tumores, en cuyo caso deben ser tratados adecuadamente. Las radiografías de tórax y tomografías computarizadas de tórax, son algunos de los primeros procedimientos que el médico puede solicitar durante el proceso de diagnóstico.