Seguimos aquí con nuestra serie sobre las diez averías más frecuentes para los ciclotuistas y cómo combatirlas. Y hoy lo hacemos con algunas averías realmente peliagudas que tienes que intentar prevenir como sea...Empezamos.
- Cuando las bielas crujen. Seguramente que esto te ha pasado más de una vez. Esa sensación de ponerte en pie sobre los pedales, hacer fuerza con tus piernas y escuchar (y hasta sentir) un crujido en las bielas. Al principio puedes pensar que estamos tan solo ante algo molesto, ante un ruido que debes eliminar para poder concentrarte mejor ene el esfuerzo. Pero no te engañes, ese crujido puede ser síntoma de una avería más grande, así que no puedes ignorarle.
Normalmente las causas de ese crujido son las propias bielas, más bien que éstas están poco apretadas en el pedalier, algo especialmente habitual en bicicletas nuevas, con lo que apretarlas tras pasar unos centenares de kilómetros será le mejor forma de corregir el defecto. Si el crujido sigue persistiendo deberemos desmontar la biela y limpiar a fondo el acoplamiento, porque a veces se forman pequeños espacios de óxido allí que pueden llegar a deteriorar la biela. En cualquier caso es una labor delicada y precisa que seguramente sea mejor que le encargues a un buen mecánico de bicicletas.
- Manillar suelto. Este es otro de esos ejemplos en los que debemos de tener todo el cuidado del mundo y detenernos en el mismo momento en que sintamos la más mínima alarma. Y es que llevar el manillar algo suelto puede ser fatal y abocarnos a una caída si no sabemos darnos cuenta a tiempo y gestionar bien el problema. Normalmente el manillar no "baila", sino que tiene solo una pequeña holgura, que puede venir provocada bien porque la propia potencia esté algo suelta o bien porque se haya apretado demasiado el manillar, deteriorando el tubo. Todo ello se debe de realizar de forma regular y periódica de mano de algún mecánico especializado. Existen igualmente algunos trucos caseros para intentar corregir este defecto en ruta, pero nosotros insistimos: es tan peligroso que consideramos que llamar a casa o acudir al transporte público son las únicas opciones válidas en este momento...
- Saltos en los piñones. A veces los piñones están mal sincronizados, bien por un excesivo desgaste o bien por algún golpe seco que ha movido el mecanismo y lo ha dejado ligeramente desplazado. Las consecuencias son que la cadena salta entre piñones e incluso puede llegar a rozar el anterior y posterior del que está engarzada, frenando al ciclista y provocando erosiones innecesarias en las piezas de la bici. La prevención para esta avería viene nuevamente por un cuidado de la bicicleta anual y una serie de reemplazos de cables y casetes cada cierto número de kilómetros. Además, asegúrate de no apoyar nunca tu bicicleta sobre el cambio directamente, ya sea al dejarla en el suelo o al transportarla en una maleta o bolsa. Si ves que la desviación es molesta a la hora de tu entrenamiento y no quieres llegar a casa con ella puedes tocar los tensores del cable del centro hasta engarzar la cadena correctamente en algún piñón e intentar tirar con ese desarrollo hasta tu domicilio.
El próximo día terminamos con nuestro decálogo sobre las averías más frecuentes encima de nuestra bicicleta y la forma de hacerles frente.