Revista Opinión

Las diez campanadas

Publicado el 15 noviembre 2011 por Manuelsegura @manuelsegura

Las 10 campanadas

El 8 de marzo de 1971, Barbra Streissand y Bill Cosby estaban allí mientras Dustin Hoffman y Diana Ross eran expulsados del área de prensa. Frank Costello, jefe mafioso, solo pudo conseguir dos entradas al estratosférico precio de 150 dólares cada una. Estamos en Nueva York, en el Madison Square Garden. Frank Sinatra logró que la revista Life lo acreditara como fotógrafo y así obtuvo un sitio de privilegio. Sobre el ring, dos púgiles, dos formas de entender el boxeo: el estilismo frente al fajador. Muhammad Ali contra Joe Frazier. El combate del siglo. Tras 15 asaltos, el campeón destronado cae por efecto de un gancho de izquierda directo a la mandíbula, a solo 25 segundos de que sonara la campana. Nunca se sabrá si a Ali le dolió más ese golpe o que le hubieran arrebatado el entorchado por negarse a cumplir el servicio militar. Se levanta pero Frazier gana por decisión del jurado.

A la mañana siguiente del combate, Ali se recuperaba de la derrota en su habitación del hotel. Un camarero entró en la estancia y le llamó campeón. El púgil lo miró a los ojos y le dijo: “Yo no soy el campeón. El campeón es Joe Frazier.”

Con 67 años, Joseph William “Smokin’ Joe” Frazier murió hace unos días en Filadelfia y ayer, en su funeral, se vio al que fuera su rival muy afectado por su marcha. Ali, que ronda los 70 años, tiene Parkinson y se mueve con extrema dificultad. Pocos entenderán la grandeza de un deporte en el que, a los golpes impenitentes, pueda suceder una profunda y fraternal amistad. Quizá por eso el promotor Don King dijera, tras sonar las 10 campanadas, tradicional despedida en el boxeo que evoca la cuenta final, que tanto Ali como Frazier o Foreman hicieron juntos historia y, de Estados Unidos, un mejor país.


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