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Dicen que del amor al odio, sólo hay un paso, y cuando hay una infidelidad de por medio, esto se acrecienta a tal grado de que hay personas que no pueden superar la traición.Las consecuencias de esto resultan a veces irreversibles, pues en un momento de ira se pueden cometer actos de despecho que terminen humillando al “traidor” y en el peor de los casos, en una tragedia.Retomando este tema y aprovechando que se acerca el 14 de febrero De10.mx te presenta una serie de casos en donde la venganza fue el antídoto para aliviar el alma de la persona que sufrió por amor.Tatuaje de excremento. La venganza del despecho llega hasta un límite nunca visto Ryan Fitzgerald, tatuador profesional, convenció a su novia para dejarse tatuar un personaje de la saga Narnia, con la intención de hacerle pagar su infidelidad.Brovent Rossie había engañado a su pareja con un amigo común, y seguramente no volverá a ser infiel nunca más, pues la sorpresa de Rossie no pudo ser mayor cuando se dio cuenta de que lo que en realidad le había grabado su “amado” novio, era un enorme excremento con moscas revoloteando alrededor.
Fuera con todo y cosas. Una mujer en Estados Unidos, tras haberse enterado que su marido le era infiel, decidió correrlo de la casa, y como no quería tener dentro nada que se lo recordara, recogió todas las cosas de su esposo y las aventó al jardín frontal, asegurándose que en su lancha se explicara la razón del desastre. En esta se leía el mensaje “Esposo Infiel” con tinta roja.
La pareja de Scott. Una mujer en Canadá sabía que lo que más le dolía a su ex, era quedar en ridículo ante la sociedad, así que aprovechó un pequeño defecto para darlo a conocer en público en pleno evento deportivo. Contrató un avión que pasó ante la gente con un cartel en el que se leía: “Scott Kelly tiene un pene pequeño”.
Agua hirviendo. Casi todas las venganzas pasionales o sexuales tienen como objetivo destruir los genitales de los maridos, quizás porque ésta parte es la máxima culpable de la infidelidad o de los impulsos sexuales.Es lo que pensaría Oynda Ojofeitimi, de 67 años, cuando advirtió que su marido le estaba siendo infiel. Llenó una olla agua, la puso a hervir, y cuando ésta estaba lo suficientemente calentita, se la arrojó por la entrepierna mientras dormía plácidamente.
Los Bobbitt. Lorena Bobbitt, cansada de los malos tratos que recibía por parte de su marido, John, decidió coger un cuchillo de carnicero y cortarle el pene. Corría el año 1993. La venganza no le sentó mal a John porque no sólo pudo recuperar su miembro, sino que ingresó en la industria del porno.
Con lujo de detalle. A veces no basta con dar a conocer que el esposo fue infiel, también es necesario decir cómo sucedieron las cosas. “ESPOSO INFIEL Mientras su devota esposa cuidaba a su madre enferma, Linnie estuvo teniendo relaciones con dos mujeres al mismo tiempo (Luann y Vivian).” Se leía en un cartel fuera del trabajo de su ex pareja. Una mujer en Texas decidió dar a conocer el engaño del que fuera su cónyuge.
Póker de damas. En una historia de infidelidad, las que terminan enfrentadas son mujer y amante. En este caso no ocurrió así porque todas las mujeres con papel protagonista se unieron para vengarse del “galán”. En esta venganza intervinieron la actual mujer (Tracy), la amante actual (Theresse), y dos ex amantes (Wendy y Michelle).La venganza la llevó a cabo la actual amante, cuando cito al hombre en un hotel para después amarrarlo a una silla, dejándolo desnudo y tapándole los ojos. La parte más fuerte de la venganza llegó cuando aparecieron la mujer y las otras dos amantes, quienes sin pensarlo le echaron pegamento al miembro para después pegárselo en el vientre.
Aumento de pechos. Emma Morgan, descubrió cómo su marido la estaba engañando con chicas jovencitas de grandes pechos, sin embargo Emma prefirió vengarse de una forma más práctica… tomó la tarjeta de crédito de su marido y se sometió a una operación de aumento de senos que le costó más de 4 mil euros.
Destrozando sus objetos más queridos. Pamella Bordes, la bella Miss India, fue amante del director del diario The Sunday Times. Cuando éste decidió poner fin a la relación, Pamella le destrozó sus trajes y camisas, y además vació su preciado whisky por el desagüe.
Trajes convertidos en chaleco. Luego de que Sarah se enterara de que su marido le era infiel, ella decidió sacar su ira cortando todas las mangas de sus trajes, los cuales había comprado en una prestigiada sastrería de Londres.