Las patologías detrás de una simple disfonía pueden ser de tipo funcional u orgánico.
Funcionales: Están causadas por abuso o mal uso de la voz: hablar en exceso o más fuerte que lo normal, gritar, forzar la voz, cantar con una técnica inadecuada, inhalar humo de tabaco u otros gases o beber alcohol.
Orgánicas: Son habituales los nódulos o pólipos. A veces se trata de quistes u otras lesiones congénitas de las cuerdas vocales que afectan la voz.
Las patologías orgánicas pueden ser tanto benignas como malignas.
La maligna más frecuente es el cáncer de laringe, muy relacionado con el tabaquismo, el alcohol y el reflujo gastroesofágico.
Hace varios años, los tratamientos quirúrgicos de las patologías laríngeas exigían cirugías a cielo abierto, hoy en día, se apunta a reemplazar aquellas cirugías invasivas por técnicas menos traumáticas; la favorita es el láser de dióxido de carbono, que permite la resección selectiva, sin dañar los tejidos vecinos sanos.
Este tratamiento se efectúa por vía transoral y es ambulatorio.