Revista Cultura y Ocio

Las Dimensiones del Narrador: Su Tiempo

Publicado el 17 abril 2020 por Ayaathalia @Ayashi375
Para la narración, otro de los elementos más importantes es el tiempo, es decir, el momento que se está escribiendo.
Tiempo Pasado
"Veía las corrientes que fluían a través de ella, dúctiles como un espejismo. Parecían cambiar con los reflejos de la luz, pero bajo la ilusión se mantenían firmes y seguras.
Ahora ya sabía lo que tenía que hacer.
No es como si hubiera una explicación. Lo más complicado de la magia es que las palabras rara vez pueden explicarla; hay que verla, contemplarla, tocarla. Yo no había tenido esa opción, pero había encontrado el modo de hacerlo… sin ayuda de nadie.
Me concentré, dejando que la energía fluyera hasta el agua, la moldeara, y ésta se calentó."
Extracto de: La Traición de Orion
El más utilizado con diferencia, es también el tiempo más flexible y que nos permite detenernos más en los detalles para expresar una mayor cantidad de sentimientos, pensamientos y acciones con todo el detenimiento que queramos.
En primera persona, el narrador nos está hablando de un suceso anterior, de manera que lo rememora con nosotros (ya sea en sus recuerdos, o en el libro que está escribiendo).
En tercera, un personaje externo es capaz de darnos un punto de vista muy amplio de todo lo que pasó en aquel momento, y de nuevo puede seleccionar la información que considere más relevante para el ritmo o para la lectura como tal.
Tiempo Presente
"—Perdóname —murmura el archimago con tristeza—. Es culpa mía.
—¿Por qué? —pregunta el muchacho—. ¿Qué pasa?
Nota algo frío en la columna y se estremece. Arrodillado en el suelo, con las manos atadas por la magia, extendidos sus brazos, no puede ver qué le están haciendo.
Los gélidos dedos le apartan el pelo y acarician la nuca y entre los omoplatos. Él aguarda, expectante.
Entonces el frío se convierte en fuego, y lo quema."
Extracto de: La Traición de Orion
El presente es un tiempo con un gran potencial para expresar inmediatez e incluso confusión. En la realidad, sobre todo en situaciones de peligro o de acción, no estamos pensando en el pasado ni en las consecuencias, solo actuamos tan rápido como podemos. Las expresiones emocionales e incluso los pensamientos son cortos y concisos, y muestran velocidad y realismo.
Es, en mi opinión, un tiempo muy difícil de usar correctamente. En más de una ocasión he encontrado un libro escrito en presente que se detiene en descripciones, en detalles y sensaciones que no encajan con la situación. En medio de un combate a muerte, ¿estás prestando atención a la marca que hay en el pomo de la espada de tu enemigo? No, estás intentando que no te mate.

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