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2020 actualidad // Miguel Benavent de B. // nuevos paradigmas // Opinión
LAS DOS CARAS DEL COVID-19 (I)
Escrito por Miguel Benavent de B. Sin comentariosLA CARA A
A estas alturas de la crisis del Coronavirus o Covid-19 ya le podemos poner cara a la crisis. O mejor dicho, a las 3 diferentes crisis que hay: la crisis epidemiológica, la crisis sanitaria y la crisis “colateral” económica/social, consecuencia de las dos primeras. Y, aunque algunos las funden premeditadamente en una sola, es verdad que interactúan entre ellas, pero las causas, los “tempos” y sus efectos son diferentes y no hay que confundirlas. Ni confundir su verdadero final, que por cierto no está cerca! Ahora quizás es el momento de hacerse algunas preguntas…
Aquí tienes algunas…
¿Son nuestros dirigentes capaces de gestionar una crisis global como esta? ¿Puede existir una verdadera Democracia cuando esta crisis ha demostrado que se ha vaciado de contenido la salud, la educación y la justicia, como derechos fundamentales para cualquier ciudadano? ¿Podemos esperar de quienes han ignorado estos derechos fundamentales del ciudadano para que sean quienes nos saquen ahora de esta crisis? ¿Quiénes son los presuntos expertos que asesoran a nuestros gobernantes en la gestión de esta crisis? ¿Es la salud hoy para nuestro Sistema un derecho esencial e irrenunciable? ¿Qué hubiera pasado de haber dispuesto de tantos test como población en un país? ¿Por qué se ha recurrido a la imposición de medidas por parte de las autoridades policiales? ¿Es ético promover ciertas actitudes de los ciudadanos apelando a mensajes emocionales? ¿Es realmente una gran crisis, desde el punto de vista epidemiológico? ¿Qué propósito (real) tienen los políticos que están gestionando esta crisis? ¿Realmente, contra lo que nos quieren hacer creer, es peor la crisis de salud, que la crisis provocada por la mala gestión de la sanidad, desde hace años? ¿Responde hoy a los nuevos retos el modelo de democracia que tenemos? ¿Por qué las autoridades nos tratan como a personas inmaduras, irresponsables, imprudentes y/o ignorantes? ¿Es la actual falta de credibilidad de las autoridades y su imposibilidad de razonar y convencer, por lo que las normas a seguir han tenido que ser impuestas a los ciudadanos, incluso con sanciones y amenazas? ¿Están las instituciones y los gobernantes a la altura de las circunstancias o ya nos han demostrado que definitivamente no lo están? ¿Por qué se apela a la unidad y responsabilidad de los ciudadanos, cuando los políticos que nos gobiernan no son capaces de lograr esa unidad y responsabilidad entre ellos, como nuestros representantes? ¿Dónde estaba toda esa precariedad laboral y sanitaria, la injusticia social y el deterioro paulatino de nuestros derechos como ciudadanos, hasta ahora? ¿No es algo común a todos los países occidentales esta “precarización” de la economía, en favor de los intereses de unos cuantos, al coste que sea? ¿Para qué y quienes trabajan las instituciones públicas, como la UE, la OMS o las de cada país? ¿Ha quedado ya en evidencia nuestra “doble moral” que ha permitido que cualquier virus (el ébola, el VIH, por citar alguno) o epidemia crónica (la hambruna, la sed o la pobreza extrema) se paseen impunemente por otros continentes “ajenos”, provocando víctimas mortales a diario, por usar ejemplos reales? ¿Por qué esa obsesión de centralizar la gestión de crisis, en vez de coordinar los diferentes agentes implicados y recursos disponibles? ¿Por qué los políticos no se han reducido su sueldo ni los gastos (desplazamientos, dietas, etc.), como ha pasado con la mayoría de los trabajadores? ¿Siguen siendo los Estados la organización efectiva para gestionar el mundo que viene, global y sin fronteras? ¿El propósito de los gobernantes es gobernar y administrar nuestros impuestos para el bien común, o solo servir a sus intereses y los de los que mandan detrás? ¿Se han tomado decisiones y cambiado leyes decisivas en cualquier ámbito, aprovechando la distracción de la crisis?¿Afecta por igual esta crisis a los ricos, a los “homeless” o las minorías del tipo que sea, etc.? ¿Podría ser esta crisis del Covid-19 algo creado para “resetear” un mundo que, cada día más, exige diversidad, derechos, justicia social, sostenibilidad, democracia y transparencia, reales y no solo remedios “cosméticos”? ¿A quién le beneficia el caos existente y la aparición de esta crisis? ¿Fue el coronavirus una creación humana, salida de un laboratorio bacteriológico de algún ejército? ¿Es esta crisis parte de la pugna entre el “imperio” americano y el incipiente imperio de China? ¿Es la recesión económica que viene ahora la continuación de la crisis del 2008, realmente inacabada o mal cerrada y que el Covid-19 ha precipitado? ¿Se han subvencionado a los medios de comunicación durante la crisis para uniformizar e imponer un mensaje común? ¿Hay fuerzas ocultas detrás de todo esto, para, a través de esta crisis, controlar a la población mundial y someterla? ¿Se está utilizando la Tecnología para controlar a la población, aprovechando su utilidad en esta crisis epidemiológica? ¿por qué a una población de riesgo como son los ancianos no se los ha tenido en cuenta ni protegido hasta el último momento? ¿Han existido intermediarios opacos en la adquisición de material sanitario, por parte de los gobiernos que gestionan la crisis? ¿Por qué el Parlamento español ha concedido cuantiosas ayudas públicas a los partidos políticos, sin dar publicidad al hecho? ¿Por qué son los bancos, las entidades financieras, las compañías energéticas, de servicios públicos y las compañías de seguros los que se empeñan en hacernos creer que durante esta crisis están interesados en nuestro bienestar o que piensan en nosotros? ¿Qué papel juegan los poderosos laboratorios farmacéuticos en esta crisis del Covid-19? ¿Son los supuestos expertos que asesoran a los gobiernos simples científicos o son “expertos” leales a quién les paga, aunque tengan que dejar de ser rigurosos en sus apreciaciones científicas? ¿Por qué la Administración Pública en numerosas ocasiones ha obstruido y obstruye la acción espontánea y popular o la colaboración desinteresada de empresas (incluso laboratorios), expertos y científicos, que pretenden colaborar en la gestión de la crisis del Covid-19? ¿Por qué ir a buscar precedentes en otras crisis anteriores, cuando cada crisis es única e irrepetible, así como las circunstancias que la determinan? ¿Se dedicó en España la guardia civil ha perseguir a las personas o entidades que disentían de la gestión de crisis del Gobierno? ¿A quién beneficia el “aislamiento social” que ha provocado la crisis con el confinamiento? ¿Es esta crisis epidemiológica consecuencia de la ganadería intensiva en China, los murciélagos y/o de la dieta basada en el consumo de pangolines o similares? ¿Qué se está moviendo “bajo la mesa” mientras dura esta crisis? ¿Era estrictamente necesario en España incluir a las autoridades militares y policiales en las ruedas de prensa periódicas del Gobierno? ¿Se trata esta crisis de un síntoma más de un cambio de paradigma que exige un salto cuántico en la conciencia humana? ¿La verdadera solución para esta crisis necesita poco ego, recuperar los valores básicos humanos y mucha colaboración para poder mitigar sus efectos en la población, la economía y la sociedad, del mundo entero? ¿Por qué le llaman “nueva normalidad” o es un eufemismo más, para volver a lo de siempre? ¿Es parte de la “nueva normalidad” volver a emprender la liga de fútbol en España, a pesar de que eso suponga un riesgo para los futbolistas y requiera de 15.000 test para preservar su salud, mientras al personal sanitario no se les protege ni testea? ¿Qué valor se le ha dado a la investigación, la cultura o a la educación, hasta ahora? ¿Era necesario el confinamiento, dado que los países que no lo aplicaron dan similares datos estadísticos en el número de afectados y fallecidos? ¿Ha llegado el Covid-19 para cuestionar nuestro sentido de la vida, nuestro mundo y/o el Sistema? ¿A quién beneficia la falta de transparencia informativa y el caos estadístico de datos de afectados y fallecidos, propiciado por cada gobierno? ¿Por qué y para qué mienten u ocultan la realidad los diferentes gobiernos? ¿Afecta esto a los científicos que están investigando fórmulas para erradicar los efectos del virus o a los laboratorios que intentan investigar la vacuna? ¿Por qué la OMS ya en su primera intervención en el tema alerta del impacto económico que tendrá el Covid-19, cuando su interés es (o debería ser) la salud mundial? ¿Por qué la UE se ha limitado a intervenir en lo referente a la economía y su recuperación, ignorando completamente coordinar la salud y la atención sanitaria de sus estados miembros? ¿Deberemos aprender a convivir con el coronavirus? ¿Son ahora el bien común ante el individualismo, la salud como derecho ante la salud como mero negocio (extensible a la vivienda o al trabajo), la colaboración ante la desmedida competitividad, la sostenibilidad ante la paulatina destrucción del entorno natural, etc. más importantes, para que a partir de ahora se impongan los valores humanos? ¿Se está acabando la crisis epidemiológica o interesa abrir las fronteras para favorecer al sector turístico, a pesar del riesgo que eso supone? ¿Qué criterio se sigue para elegir a los miembros de la Comisión de la Reconstrucción Social y Económica? ¿Será “verde” la reconstrucción? ¿Están las instituciones públicas y sus gestores preparados para el mundo que viene y resolver los retos que trae consigo?¿Será esta crisis del Covid-19 un punto final o un punto aparte para el mundo, cuando finalice? ¿Se trata de un nuevo inicio?