Revista Sexo
La Coca-Cola sirve para muchas cosas: para destapar una cañería, para limpiar una mancha o incluso hacer un Cuba Libre, pero su poder corrosivo no le convierten en un espermicida, tal y como al parecer siguen creyendo algunas parejas. La joven Nhung, una vietnamita de 24 años, y su novio, trataron de evitar el embarazo mediante duchas vaginales de Coca-Cola.En la consulta del ginecólogo Nhung averiguó dos cosas íntimamente relacionadas: que la Coca-Cola no es un anticonceptivo y que estaba embarazada de siete semanas. Según declaró el galeno al diario local Velvet , “la tasa de embarazos es muy alta, especialmente durante la ovulación. Incluso las cremas espermicidas tienen tasas de fallo del 20%”.El mito de que las duchas vaginales de Coca-Cola sirven para prevenir el embarazo se remonta a los años 50, cuando se creía que el ácido carbónico en la bebida podía matar el esperma y el azúcar contenido aniquilaba los espermatozoides. Sin embargo, avisan los médicos, para el momento en que la ducha tiene lugar no menos de100.000 de esas células ya rodean al óvulo, agitando ansiosas sus largas colas emulando a su propietario minutos atrás.Un equipo de médicos taiwaneses recibió en 2008 el Premio IG Nobel de Medicina por demostrar que ni la Coca-Cola, ni la Coca-Cola Light ni siquiera la Pepsi Cola tienen capacidades anticonceptivas y, de tenerlas, serían tan débiles que resultarían prácticamente despreciables. El estudio se realizó en respuesta a otra investigación del año 1985 que afirmaba que la Coca-Cola clásica funcionaba mejor como espermicida que la Nueva Coca-Cola, el fiasco enlatado que se lanzó por aquellas fechas.
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