Las campañas filopornográficas de estas elecciones, que presiento, crearán "escuela", en mi opinión supone la evolución lógica de la demagogia crónica que padece esa supuesta "doncella" de la democracia, que en realidad es una mala puta, se presente como se presente.
Los movimientos de supuesta izquierda, progresistas, etc., son los que más apestan, y me parece que no soy dudoso de ser de "derechas", ni lo más mínimo. La izquierda, vendida al sistema, fracasada por su falta de visión de futuro, murió. Y una pandilla de impostores, de golfos, se la apropia, pero lógicamente sólo como anzuelo, para que piquen incautos y capullos de las más diversas especies. Para esto, claro, hay que reinventarse, y como estos farsantes ni se atreven ni tienen la voluntad de plantarle cara a la dictadura capitalista del sistema, izan la bandera de la más burda progresía: mariconeo, porno, etc. A eso llaman progreso, mientras las desigualdades sociales, histórico campo de batalla del socialismo, del comunismo, y por supuesto (junto a la libertad individual) del anarquismo, queda abandonado para que todos cuantos cuervos y buitres hay, picoteen a su antojo a los derrotados.
Cataluña ha demostrado que no es ni distinta, ni mejor, ni más "europea" que el resto de España: por el contrario, es igual de burda y caciquil, y da el mismo asco, la misma grima, las mismas ganas de prenderle fuego al reino cocotero de un extremo al otro.
Cuando J. Montilla dice que hay que "levantar un dique de contención para el tsunami conservador que recorre Europa", está precisamente apropiándose de las históricas reivindicaciones de la izquierda cuando su partido aspira, como máximo, y en concreto apenas en Cataluña, a llevar a cabo una política social-demócrata, y más bien en algunas cuestiones específicas.
Pero nada, se etiqueta su iniciativa como "izquierdista", y lógicamente, se tacha de "extremo-izquierdista" a quien propone o reivindica una acción más contundente (aun por supuesto dentro del marco legal) en defensa del obrero, del pequeño y mediano empresario, del estudiante (futuro de un país), etc.
Otro frente abierto por los "progres" es el del feminismo. Pero ellos tienen una concepción muy particular del feminismo: demonizan al hombre, o llaman a cambiar su rol (esto, literalmente, lo hizo una niñata soltera que fue ministra hasta hace poco), pero no actúan contra la prostitución, ahora mismo escenario clave de la explotación de mujeres. Uno lee a Emma Goldman y lee a una feminista; escucha a ciertas hembristas mediáticas, a menudo huesudas y de cabello ralo, y sólo escucha a unas gilipollas C-A-P-I-T-A-L-I-S-T-A-S que además siempre dan la impresión de tenerle envidia a las mujeres con feminidad, belleza y curvas, ¡qué coño!.
El fascismo social no existe, se llama nacionalismo.
Este nacionalismo se da en el País Vasco y en Cataluña, y también se da en España: observamos ahora, por ejemplo, cómo se exige mano dura para los "inmigrantes", pues los "españoles de raza" deben tener prioridad. También parece que deben tener prioridad ciertos españoles respecto a otros que proceden de las "periferias", aunque se consideren tan españoles como los de la capital cocotera. Parece que deben tener prioridad, digo, cuando se habla de "españolidad". A mí personalmente me importa tres pares de cojones, tanto lo uno como lo otro, simplemente lo constato.
Nacionalismo (fascismo social) fue el de los turcos a través del CUP, el de los alemanes abrazando la causa nacional-socialista, el de los rusos pro-zaristas, el de los mussolinianos, el de los ingleses imperialistas, el de los españoles franquistas (de los que todavía quedan muchos), por supuesto el de los cabezas cuadradas americanos, el de los chinos comunistas (pisoteando minorías étnicas y pequeñas naciones absorbidas por Mao), el de los sudafricanos blancos durante el apartheid, el de los sudafricanos negros ahora mismo, agrediendo a los inmigrantes mozambiqueños con la pasividad de las autoridades...
Nacionalismo es la identificación de la nación y los derechos que de ella se derivan con un grupo social y étnico concreto. Es decir, una lacra de la humanidad. Un resto de nuestra etapa de mono, como el cóccix al final de la columna. Es catalán, pero no es sólo catalán. En el reino cocotero también es "españolista".
El Nacionalismo es una herramienta de cohesión social para consumo de las masas, que tienden a ser estúpidas, como ya muchos se han dado cuenta. Pero como las aspirinas, que si te tomas dos te quitan la jaqueca, si te tomas cincuenta te arruinas el estómago. De momento, es uno de los pocos y menguantes antídotos contra la globalización y el gobierno mundial. Otra cosa son los nacionalismos ibéricos, cuyos reclamos históricos legítimos están contaminados e influidos por los poderes supranacionales, empeñados en balcanizar España desde hace ya mucho tiempo.
¡Qué poquito le queda a la cloaca catalana para reventar! Han robado tanto... Y ya no hay de dónde, ni emitiendo deuda a mansalva. En cuanto no paguen la anterior emisión de la Gene, que no la van a pagar, se va todo al carajo. Se la van a renovar a los patriotas a la fuerza. Pobres inversores en patrias postizas.
Eso sí: España está lo mismo: llena de ladrones vende-burras. Tales para cuales, picaresca cervantina.