Las embajadas de Mas

El fluido vital del catalanismo moderado es la encarnizada defensa de las diferencias que les separan, para hacer mejores, por supuesto, con el resto de ciudadanos, especialmente españoles. La crisis obliga al Sr. Mas a cerrar quirófanos y contener el gasto sanitario, se plantea formalmente el copago, pero D. Arturo sigue empecinado en mantener las “embajadas” de Cataluña en diversos países, para salvaguardar los intereses de su comunidad y en las que varias docenas de estómagos agradecidos, obtienen estupendos sueldos por el viejo y cómodo oficio del “dolce far niente”. Por una cuestión tan lógica como legal, estas instituciones carecen de representatividad alguna, y sirven para reafirmarse en que “Catalonia is not Spain”, lo que representa mejor que nada el espíritu aldeanista de estos nacionalismos: No quieren ser catalanes, lo que aspiran es a no ser españoles. O sea, desprecian pertenecer a uno de los países con más rancia historia, al antiguo imperio, al idioma que hablan cientos de millones de personas en el planeta y en el que se han escrito las mejores obras literarias, quieren renunciar a la gastronomía más variada de Europa y a esa idiosincrasia tan peculiar que nos calificó de diferentes hace ya muchos años. Se le olvida al Sr. Mas que Barcelona es la ciudad Condal, de condado que fue del reino de Aragón. Los maños se preocupan menos de la cuestión histórica, y hacen bien, porque además son la patria chica de catalanistas radicales, como El Sr López, hijo de guardia civil y evolucionado a Carod por obra y gracia del progresismo militante y separatista. Montilla, reconvertido de andaluz a ciudadano “no español” terminó por expresarse en un defectuoso catalán y defendiendo para el pueblo la educación que no daba a sus hijas, mientras Mas, que le arrebató el sillón presidencial en las últimas elecciones, prefiere gastarse los impuestos de los ciudadanos en embajadas alegales que en intervenciones quirúrgicas. Curiosa forma de administrar el dinero público, ese que parece no ser de nadie…

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