Las grandes compañías multinacionales de telecomunicaciones están intentando hacerse un hueco en el mercado de la teleasistencia mediante el sistema de la teleasistencia móvil. Un ejemplo es el Proyecto de Teleasistencia Móvil puesto en marcha por Vodafone España basado en un teléfono móvil con localizador GPS y en la propia red de telefonía de Vodafone. Estos terminales funcionan en los lugares donde hay cobertura de esta compañía y permiten conectar al usuario con una central de atención o con los familiares del usuario.
Por otro lado, las empresas fabricantes de dispositivos de teleasistencia tienen a su favor la experiencia de años en el sector y la identificación de las necesidades reales tanto tecnológicas como sociales y la experiencia en la prestación del servicio socio-sanitario. También existe el problema de la convergencia de la teleasistencia domiciliaria con la móvil.
Movistar lanzó por su parte un modelo de servicio de teleasistencia móvil con GPS que prescindía de la central de atención al usuario permitiendo a las familias tener localizados a sus mayores en todo momento y comunicarse con ellos. Mediante el GPS se podía localizar a los usuarios en un mapa vía web y permitía a los familiares enviar recordatorios al teléfono móvil de los usuarios. Este modelo prescinde del personal de asistencia y seguimiento especializado y lo sustituye por familiares.
Las nuevas tecnologías en movilidad, la llegada de los smartphones, los teléfonos móviles sencillos y adaptados pueden ser una ayuda pero difícilmente pueden sustituir las ventajas de la teleasistencia domiciliaria y la calidad y el trato humano y personalizado que ofrece una central de atención a los usuarios.
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