¿Cuántas veces tendremos que recordar que sin empresas no hay empleos? ¿Que sin empresas no se sostiene el presupuesto social?
Me ha parecido un buen momento para recordar que la salida de esta crisis pasa por las empresas. Que nadie lo dude. Las administraciones pueden y deben ayudar a que eso pase, dar facilidades, pero son los empresarios los que han de volver a producir, a abrir fábricas y hoteles, a dar empleo, a comprar a sus proveedores, a exportar, a pagar las cuotas de la Seguridad Social, a pagar impuestos.
Las empresas son las que pagan, directa o indirectamente, la mayor parte de los impuestos que permiten que el país disponga de los servicios públicos que hemos decidido tener como comunidad (educación, sanidad, seguridad, etc.).
Si no hubiera empresa, si no hubiera empresarios dispuestos a seguir adelante, se pararía todo.
Es obvio que el país podría escoger tener empresas públicas, dirigidas por funcionarios, pero la historia demuestra que ese no es el camino. El sistema capitalista es «el menos malo de los sistemas económicos».
Y en el sistema capitalista, si no hay empresarios, no hay economía. No hay vida.
Que nadie quiera ver en mis palabras un menosprecio a nadie, y menos a los trabajadores, tanto por cuenta ajena como propia. Pero el motor que hace que la economía se ponga en marcha, y que gestiona la creación de riqueza, como un director de orquesta dirige a los músicos, es el empresario. Personas, al fin y al cabo, que ponen su capital y su inteligencia al servicio de una misión. Algunos son mejores y otros peores, pero ese es su cometido.
Que tampoco nadie piense que abogo por un capitalismo salvaje, en el que los empresarios tienen carta blanca para hacer lo que quieran. Creo en el capitalismo, pero dentro de unas reglas de comportamiento marcadas por una competencia leal y por el respeto de los derechos de los trabajadores, los consumidores, y los ciudadanos en general. Siempre dentro de la ley.
La mayoría de los empresarios que conozco respetan esos principios. Y, en cualquier caso, la ley se les debe aplicar a todos, y las administraciones deben vigilar de que la cumplan.
Confiemos, pues, en nuestros empresarios, para sacarnos adelante del bache de esta crisis del COVID19. Si alguien piensa que el gobierno solo nos podrá sacar de esta, se equivoca. Tampoco lo harán los sindicatos. Son los empresarios quienes han de llevar el liderazgo. Los demás hemos de animarlos a que lo hagan y ayudarlos en lo que nos toque.
Del mismo modo que en la crisis sanitaria hemos confiado en los médicos, para que, junto a todo el sistema sanitario, nos ayudaran en la crisis sanitaria, hemos de confiar ahora en los empresarios, para que, junto a sus trabajadores, nos saquen de la crisis económica.
Yo confío en ellos. Del mismo modo que los médicos se juegan su propia salud, y la de todos, los empresarios se juegan su propia vida, en este caso profesional y económica, y la de todos.
Del mismo modo que los médicos y sanitarios reciben nuestro aplauso cada día, los empresarios y trabajadores deberían recibirlo hasta que nuestra salud económica deje de estar en peligro.