El abordaje de metodologías ágiles requiere setear un pensamiento estratégico con foco en innovación. Qué camino eligió una empresa de fabricación de respiradores nacionales.
Las metodologías ágiles no tienen un campo definido de acción en particular, eso es lo que las convierte en herramientas tan interesantes y demandadas para resolver de manera ágil y rápida las coyunturas que se presenten, como las que estamos viviendo por la pandemia
El COVID-19 está forzando a que el sistema de salud se deba rediseñar para el acceso virtual remoto de personas a su medicación y tratamiento. En este sentido, es el momento ideal para la aplicación de éstas metodologías.
La forma de implementar metodologías ágiles en salud es poner al paciente en el centro: considerarlo como usuario principal que demanda mejores servicios al sistema. Este concepto es denominado en la industria como “patient centricity”, porque se piensa y actúa de acuerdo a sus necesidades. Innovar en salud implica que ésta noción tiene que estar en el ADN de la compañía o institución, para así luego poder escalar en términos de herramientas y tecnologías adecuadas.
El abordaje de metodologías ágiles requiere setear un pensamiento estratégico con foco en innovación. Para ello es clave que la organización -sea empresa o institución de la salud- pueda contar con una comunicación fluida entre las áreas y actores involucrados. El siguiente paso es el de alinear las metodologías con procedimientos “cross”, es decir, que atraviesen todas las áreas y/o unidades con el objetivo último de mejorar los procesos para lograr nuevos y mejores resultados.
Un núcleo central para este proceso es la digitalización, más precisamente el hecho de poner foco en “digital engagement”. ¿Qué significa este concepto? Buscamos que la implementación de un medio digital (web, app mobile, Internet de las cosas) permite conectar a cada actor involucrado, y así, dar dinamismo y fluidez a la información que vincula por ejemplo al paciente o grupo familiar con el médico tratante (desde una alerta de la salud, un mero control o revisión de información sobre la patología o acceso a los tratamientos, entre otros)
Hoy, la industria farmacéutica y de laboratorios necesitan más que ninguna otra la incorporación de metodologías ágiles para innovar, porque son industrias de mucho peso con un sin fin de protocolos y procedimientos que han hecho que sus tiempos de cambio e implementación sean lentos. El impacto que tuvo y está teniendo la pandemia en estas industrias es notable y a la vez, muy ventajoso.
Hasta el Covid-19, el plazo de desarrollo de una droga de innovación era de aproximadamente entre 5 a 7 años, pero hoy vemos avances por ejemplo en la vacuna para este virus. De hecho, ya la están testeando con un grupo reducido de personas, lo que implica un hito en términos de tiempos. Vale destacar que estos tiempos lograron acortarse gracias a que estas metodologías ágiles permiten iterar, validar, y ajustar para lograr los resultados por etapas para ir construyendo el producto.
Estas modalidades con mayor agilidad también se aprecian en profesionales de la salud, que tuvieron que adaptarse al trabajo remoto, cambiando completamente su operatoria presencial a virtual. Metodologías como Lean, Scrum y Kanban fueron cruciales en estos cambios.
Un interesante caso relacionado a este contexto de coyuntura por la pandemia es el que involucra la empresa Leistung de fabricación de respiradores nacionales y la empresa innovación DMO Design Company. Producto de la demanda exponencial de respiradores, se aplicaron metodologías ágiles segmentadas por sprints para poder acelerar los tiempos de producción de los respiradores en tan solo 2 meses, cuando el plan era al menos 24 meses hasta salir al mercado.
Durante el proceso de transformación de la empresa se estructuró un proyecto ágil para ir realizando iteraciones que aceleren los procesos donde en cada sprint se iba re-configurando el producto y su identidad de marca alineados con la nueva visión de la compañía. Cabe destacar que estas metodologías permiten trabajar de forma co-creativa con otros actores, en este caso se integró una fábrica que da soporte de ensamble y control de calidad para responder a la alta demanda de producción debido a la pandemia.
Todo este contexto hace pensar que el momento de las metodologías ágiles aplicadas a salud no puede esperar. Durante estos últimos meses vimos frente a nuestros ojos que muchos procesos, esquemas, hábitos “tradicionales” se aceleraron como nunca antes y el alcance de toda esta transformación no es ajena -por el contrario, tiene de protagonista casi principal- al sistema sanitario.
Por Martín Ries Centeno
(*) Diseñador Industrial (UBA), Diplomado en Gestión de Empresas y Negocios (Univ. San Pablo), ex profesor investigador de la Facultad de Arquitectura (UBA), CEO de Clonify.