Por diversas razones, me resulta casi imposible postear como a mi me gustaría. Es una de las actividades más gratificantes, o era, especialmente lo relativo a todo lo que uno puede aprender mientras se prepara un artículo.
Sin embargo, haciendo un gran esfuerzo, voy a llevar a cabo una rectificación.
Hace unos días, concretamente, tuiteé una frase de un famoso conferenciante, el médico Mario Alonso Puig, que realizaba en una entrevista con otro famoso conferenciante y coacher (este término empieza a parecerme sinónimo de otra cosa, pero eso lo dejo para otra ocasión) Sergio Fernández.
Aunque es cierto que el término “creencia” lo estaba utilizando en un contexto algo diferente al que quería yo referirme, me pareció una buena frase. La frase hacía extensible su significado, ya que se interpreta cómo, efectivamente, las creencias son, en realidad, hechos ciertos para las personas que las tienen, hechos que no deben, incluso que no pueden, someterse a ningún tipo de verificación ni comprobación o que, aún en el caso de hacerse, se obvian en benefición de la certeza absoluta que se tiene en que esa creencia es un hecho.
Al poco, cae en mis manos uno de los libros de Puig, el titulado Vivir es un Asunto Urgente, y en él se puede leer el siguiente párrafo, que inserto como imagen:
Mario Alonso Puig
Le preguntaría al Dr. Puig lo siguiente:
- ¿Cómo sabe que los estudios de Emoto muestran la realidad y que son totalmente ciertos y comprobados los hechos a los que se refiere?
- ¿Cuál es la relación experimental que hay entre una palabra “dura”, y el hecho de que el agua provoque algún cambio en nuesto carácter? Es decir, ¿cómo sabe usted que, efectivamente, una palabra “dura” provoca un cambio en el agua y que esta provoque, a su vez, un cambio en nuestras emociones, más allá de la ilusión causa-consecuencia?
- ¿Cómo sabe que el reiki o el tai-chi sanan?¿Dónde están los trabajos clínicos y las pruebas que lo demuestran?
- ¿Toda la medicina clínica basada en la evidencia en la que se supone se ha formado presenta el mismo tipo de pruebas?
Es decir, recapitulando, que después de la estupenda frase del tuit mencionado, este párrafo nos obsequia con un buen puñado de creencias “porque sí”. Y es sólo un párrafo.
Es una pena, porque muchas de las personas que actualmente se dedican al coaching, el cambio de conductas, etc., están pasando del lado racional y razonable al del esoterismo a marchas forzadas. Parece como que es casi obligado para estas personas mezclar técnicas como la meditación (que no ha demostrado, por cierto, producir ningún tipo de energía esotérica) o la respiración abdominal, pongamos como ejemplo, con las energías del qui y todo tipo de supersticiones. ¿Por qué lo hacen? No es necesario, salvo que, me temo, pretendan aumentar su clientela con personas necesitadas de creencias más que de certezas mínimamente comprobadas. El caso contrario es posible, como ya hemos comentado aquí en cuanto al libro “Cambia el chip”, maravillosamente documentado.
Una prueba más de que en el mundo de las creencias, una persona “autorizada” puede decir una cosa y la contraria sin despeinarse.
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