El sistema avanza hacia una descarbonización. Las peticiones de nuevas turbinas de gas a nivel mundial han bajado de unas 300 al año a 150. En esta línea, las energías del futuro, las renovables, cada vez están ganando más terreno, junto con la importancia del desarrollo de las tecnologías de almacenamiento.
Si antes el uso de las energías renovables se debía al empuje político y ambiental (energía verde, menos CO2, no contaminaban), en los últimos se suma otra razón de peso: su abaratamiento. La energía solar ha reducido sus costes por 8 y la eólica por 3.
El gran problema de las renovables es la falta de soporte. En la actualidad, se está apostando por el desarrollo del sector del almacenamiento.
El carbón ha dado un paso atrás, salvo por China e India, que todavía tienen un plan de desarrollo muy fuerte. El gas sigue teniendo muy buena salud entre otras razones porque las renovables han demostrado hasta ahora que necesitan el apoyo de algo para equilibrarlo.
El gas es básico para la mayoría de países, especialmente para los emergentes. La mayoría de licitaciones está enfocada a energías renovables.
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