Revista Insólito

Las etapas del ser humano: ¿Cuál es la peor de todas?

Publicado el 05 agosto 2013 por Iris Bernot @irisbernot
      Siempre me ha fascinado e inquietado el hecho de que pasemos por distintas etapas. La manera en la que evolucionamos ( o involucionamos, según el caso) es algo fascinante e inquietante porque lo queramos o no, tras nuestro nacimiento vamos pasando por una serie de fases de las que no podemos huir. Todas tienen sus ventajas, es cierto, pero también tienen su lado malo, solo que eso es algo de lo que no solemos hablar. Todos tratamos de aparentar que llevamos muy bien el paso de los años o el momento vital que estamos viviendo, pero el reloj biológico que nos persigue desde que nacemos es un pesado al que le gusta hacerse oír cada vez más.
Cuanto más mayor se es, más suena detrás de cada uno de nosotros. Al principio solo es un reloj simpático que apenas hace ruido, pero, conforme van pasando los años, su horrible e insistente tic tac va sonando cada vez más fuerte hasta que llega un momento en el que su sonido es tan chirriante que dan ganas de darle con un martillo. Mucha gente intenta romper su reloj vistiéndose como si tuviera treinta años menos, haciéndose operaciones estéticas que no pueden detener el tiempo por más que quieran, o echándose una pareja que todavía colecciona cromos y ve dibujos animados, pero el dichoso reloj que va marcando las etapas vitales no para. Es inevitable, sumamente poderoso y está muy satisfecho con su trabajo, el de ir subiendo el tono de su tic tac conforme va pasando el tiempo de la gente. Las etapas del ser humano son inevitables, es así. Todos tratamos de llevarlas con la mayor dignidad posible, pero a veces la dignidad nos abandona y es entonces cuando aparece la crisis (¿ crisis? ¿que es eso? todavía no me he arrancado todos los pelos de la cabeza, así que no creo que la haya pasado...) Pero, de todas las etapas, ¿cuál es la peor de todas? Pues no sabría decirlo, la verdad. Supongo que cada uno tiene su etapa temible, esa que no volvería a repetir jamás o que no quiere que llegue nunca.    Cuando somos bebés estamos calentitos en la cuna y ultra protegidos todo el tiempo, pero también estamos a merced de los demás y no podemos criticar esto o lo otro ni evitar que nos traten como si fuéramos medio tontos. No tenemos más remedio que aguantar con el pañal sucio hasta que nos lo cambian y comer papillas horrendas que nadie con dos dedos de frente se comería.    Cuando somos críos estamos en las nubes y todo es divertido y fabuloso, pero también tenemos miedos por todo y nos creemos cualquier cosa que nos dicen. Además, tenemos que aguantar las burdas explicaciones que se nos dan a lo que no entendemos ( que es casi todo) y que gente a la que apenas conocemos exijan que les demos besos en la cara y abrazos. ( si, esos familiares que parece que están faltos de afecto y que se lo tienen que pedir a los niños).    Cuando somos adolescentes lo vivimos todo con una intensidad que asusta, y el  descubrimiento del amor, el placer carnal y el deseo es tan fuerte que podríamos morir por ello, pero también tenemos que pasar por nuestros primeros desengaños amorosos, nuestras primeras decepciones en cuanto a lo que nos rodea y tenemos que lidiar con unas hormonas que nos ahogan y que nos quieren asesinar todo el tiempo.   Cuando somos adultos, tenemos autonomía, decidimos por nosotros mismos y empezamos a ser escuchados, pero también tenemos que pagar facturas, intentar que nuestra vida familiar y laboral no acabe con nosotros y escondernos para fumar, beber y hablar con libertad, porque todo eso está mal visto en la vida adulta.   Cuando somos ancianos ya estamos retirados del mundo laboral, tenemos tiempo para nosotros y podemos ser sinceros y huraños porque nos está permitido, pero también tenemos que pelear contra la mala salud, la incapacidad física y psíquica y los que quieren encerrarnos en residencias y vivir con nuestro dinero.      ¿Cuál es la peor etapa de todas ? ¿Se pueden vivir todas con dignidad? ¿Se pueden superar todas con éxito? No lo sé, lector. Dependerá de cada uno. La vida es un paseo excitante y yo creo que al final el secreto está ahí, en la excitación. Cada uno ha de encontrar lo excitante de cada etapa y vivirlo, sacarle el jugo hasta que ya no quede más, porque al fin y al cabo todos vamos a acabar igual, o sea, bajo tierra. Así que excitaros y fascinaros hasta el máximo con lo que quiera que sea que os ponga los ojos en blanco en cada etapa y vividlo. Es lo único que puedo decir...

Las etapas del ser humano: ¿Cuál es la peor de todas?

jejjee, this is the real life....



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