Revista Salud y Bienestar

Las ex ministra de Sanidad, Celia Villalobos, a El País: 'El coste hospitalario está incontrolado'

Por Fat

Celia Villalobos (Málaga, 1949) fue ministra de Sanidad entre 2000 y 2002, durante el segundo Gobierno del PP. Ella fue la última en tener competencias directas sobre la atención sanitaria a una parte de la población (el antiguo Insalud, que cubría 11 comunidades).
Pregunta. ¿Qué balance hace de aquella época?
Respuesta. Yo fui la que completó el mapa. Hice las transferencias en un año, cuando las que ya había, que eran seis, habían tardado 20.
P. ¿No debería haberse establecido una financiación finalista?
R. No, eso estaba. Cuando negociamos las transferencias había tres cuestiones básicas. La suficiencia financiera, que fuera finalista, y una potentísima ley que desarrollaba la alta inspección que contempla la Ley General de Sanidad, a través de una magnífica ley de coordinación del sistema nacional de salud. Para mí eran condiciones esenciales para que el sistema fuera equilibrado, eficiente y equitativo.
P. Pero al final la financiación no ha sido finalista.
R. Porque la reforma que hizo el señor Zapatero se carga la finalidad de la financiación para sanidad, y lo deja al albur de las decisiones de las comunidades autónomas. Y eso para mí es un gravísimo error.
P. ¿Cuándo se hizo el cambio?
R. En la nueva ley de financiación de las comunidades autónomas, de 2006 o 2007. Ellos hacen ahí un nuevo concepto en el que desaparece que la financiación debe ser finalista. Nosotros dotamos a la sanidad de la suficiencia financiera para hacer frente a las realidades de las comunidades autónomas.
P. ¿Y ve posibilidad de que esa ley se vuelva atrás?
R. Ojalá. Porque tú no puedes dejar esto al albur de las necesidades inmediatas de un Gobierno autonómico que tiene presiones de todo tipo. Yo planteé crear una agencia de compras, pero no estaba maduro todavía. Las comunidades estaban recibiendo las transferencias, parecía que se iban a comer el mundo y no vieron el problema. Yo propuse crear una agencia donde estuvieran todos, y que fuera para todo, porque aquí se habla mucho del coste de los medicamentos de la atención primaria, pero a la gente se le olvida lo que es el coste hospitalario, que es brutal y, hasta ahora, incontrolado.
P. ¿Hay otros sitios donde ahorrar?
R. En los centros nacionales de referencia. Lo que ocurre es que a determinados partidos nacionalistas la palabra nacional les pone los vellos como escarpias, y se equivocan, porque ahí podrían ahorrar muchísimo dinero. No todos están ni tienen por qué estar en Madrid. El centro de parapléjicos de Toledo es un ejemplo claro. El problema es que todo el mundo te pide un hospital. Y después tú haces un hospital en un pueblo y no hay suficiente gente. Y eso es malo para los pacientes. Porque si tú abres un hospital que hace dos cirugías cardiovasculares al año, el médico luego no tiene la manita fina.
P. ¿Y la investigación?
R. Aquí me parece un error gravísimo que se haya pasado al Ministerio de Ciencia. Yo, desde luego, hubiera hecho de ello un casus belli. ¿Por qué no podemos concertar con los grupos de investigación extranjeros para que aporten dinero al sistema español por usarlo? Yo lo inicié pero no tuve tiempo. No se puede imaginar el dinero que pagarían los centros de investigación de determinados países por investigar con el sistema de salud español. Hay que usar la imaginación.
P. ¿Y con el personal se puede hacer algo?
R. Tenemos un sistema de recursos humanos donde no se prima la excelencia y donde no están cobrando lo que tienen que cobrar. Yo creo que hay una desafección, y, de hecho, se nos están yendo.
P. ¿Qué se puede hacer con las prestaciones?
R. Hay que potenciar la medicina predictiva. ¿Tú sabes lo que es decir a un señor que dentro de 20 años tendrá cáncer, lo que estaremos ahorrando? Lo que no vale es que papá Estado me meta más dinero o subirle un céntimo a la gasolina. Eso no soluciona el problema.
P. Últimamente se habla mucho de un cambio de modelo que potencie el tratamiento de los crónicos.
R. Es otro tema que ya planteamos, el de los hospitales de crónicos. No tiene sentido que en hospitales de agudos, donde la cama es siete veces más cara, estén enfermos crónicos. O sea, medidas para ahorrar hay, lo que tiene que haber es imaginación y ganas.
P. ¿Qué papel debe jugar el ministerio?
R. Tiene un papel fundamental, y tiene que echarle muchas horas de sentarse a hablar con los consejeros. Y, eso sí, no ser sectario, porque aquí nos lo estamos jugando todos. Tiene que ser líder en el planteamiento de cuestiones.
P. ¿Y los pacientes?
R. Hace falta una mayor educación de los ciudadanos en la utilización y en el coste de la sanidad. A mí la factura en la sombra me parece fundamental.
P. Sin llegar al copago.
R. Es que el copago no resuelve nada. El copago es un mito. En este país ya existe el copago en la receta. Yo he luchado, y creo que al final tendremos que hacerlo, para que en el propio centro de salud te dé una bolsita con el número exacto de pastillas. Porque tenemos que ser conscientes de que, si no, este negocio al final se cierra.
**Publicado en "EL PAIS"


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