Para lograr que una persona sea buen ciudadano, la misma debe valorar y
tener en alta estima los principios y competencias que hacen de alguien un
ciudadano virtuoso.
En Chocó un niño entiende lo terrible que es la injusticia gracias a un
juego de roles. En Antioquia una niña se siente empoderada gracias a haber
participado en un torneo de debate, mientras que en el Caquetá un grupo de
niños aprenden la importancia de la confianza y el capital relacional gracias
una dinámica de grupo donde deben resolver un problema trabajando en equipo.
En todos estos casos es posible transmitir e inculcar competencias
ciudadanas en jóvenes estudiantes gracias al uso de experiencias vivenciales
que dejan huella en los mismos y, honestamente, considero que esta es la mejor
manera en que se puede formar en ciudadanía a los jóvenes de nuestro país.
Participación, tolerancia, deber, derecho, capital social y otros
conceptos ciudadanos son difíciles de explicar y transmitir a casi cualquier
audiencia, más aún si la misma es muy joven. Adicionalmente, resulta aún más
difícil lograr que quienes aprenden dichos conceptos los internalicen,
consideren que los mismos son realmente importantes, y por tanto efectivamente
los pongan en práctica en manera diaria.
Por tanto, resulta menester superar modelos tradicionales de formación
ciudadana basados en transmitir conocimientos asociados al sistema jurídico de
un país o a los derechos y deberes que tiene un niño y ciudadano. Si bien es
necesario que todo habitante de un país conozca dichos elementos, tal
conocimiento no es suficiente ni asegura que una persona con dicha información
será de hecho un ciudadano que contribuya al desarrollo político, social y
económico de la nación.
Para lograr que una persona sea buen ciudadano, la misma debe valorar y
tener en alta estima los principios y competencias que hacen de alguien un
ciudadano virtuoso. Por su parte, lo que hace a un ciudadano virtuoso puede ser
objeto de extenso debate, pero el enfoque de este artículo gira alrededor de la
forma en que dichos valores, principios y competencias ciudadanas puedan ser inculcados
en un niño o adolescente.
Ello me lleva de vuelta al inicio del presente texto: Las experiencias
vivenciales. El aprender haciendo o la innovación en métodos educativos permite
superar la barrera que implica transmitir conocimiento ciudadano para así
alcanzar el objetivo deseado, el cual es la aprehensión, internalización y
puesta en práctica de dichos conocimientos.
Ya sea a través de un juego, un torneo, un campamento, con el deporte, a
través del arte, las dinámicas de grupo, la comedia, el cine, una simulación,
los medios audiovisuales o cualquier otro medio no tradicional, la educación
ciudadana puede ser transmitida en formas innovadoras, las cuales en
comparación a la enseñanza tradicional resultan mucho más efectivas.
Dichos medios resultan más efectivos por numerosas razones. Los mismos
logran que el participante vea las implicaciones de lo aprendido en la vida
diaria, así como también permiten mayor involucramiento (engagement) por parte
del estudiante, deseo de superación, entusiasmo, estimulación de la actividad
cognitiva y experiencias fuera de lo común que dejan moralejas y aprendizajes
difíciles de olvidar, entre otros tantos beneficios mencionados por la
literatura especializada en gamification y nuevas formas de enseñanza.
En un país profundamente marcado por la violencia en sus distintas
expresiones, el fin del conflicto armado ofrece una oportunidad histórica para
crear las bases que nos permitirán construir la nación que queremos ser, y uno
de dichos cimientos sin duda es contar con ciudadanos que contribuyan al
desarrollo integral de la nación.
Pero para tener dichas bases debemos educar a los ciudadanos que
conformarán las mismas, por lo cual debemos comenzar de inmediato. Y para que
dicha formación sea efectiva, sin duda deberemos apostar a herramientas
innovadoras de educación, pues sólo las mismas permitirán que un niño aprenda y
desee ser un buen ciudadano.
En el Centro Incide nos alegra contribuir a construir un mejor país
ideando e implementando nuevas formas de educar en ciudadanía, siendo las
experiencias vivenciales una de ellas. Cada persona que formamos es
potencialmente un mejor ciudadano en el futuro, pero dichos esfuerzos no deben
limitarse a educar unos cuantos niños, sino que deben ser un esfuerzo
mancomunado por masificar la cultura deliberativa y ciudadana, pues contar con
buenos ciudadanos será el pilar fundamental que nos permitirá construir la
Colombia que todos queremos.
Por: Roddy Enrique Rodríguez
Fuente artículo: https://compartirpalabramaestra.org/columnas/las-experiencias-vivenciales-como-educacion-ciudadana