Se han vuelto parte obligada de la experiencia cinéfila, hasta su ausencia causa que la película sea catalogada como aburrida.
Su uso se ha facilitado a lo largo de los años y se han vuelto tan común que no falta el estreno que contenga una buena cantidad de explosiones hasta olvidarse de cualquier otra cosa.
Hoy es impensable una película que no contenga la herramienta de volar cosas por los cielos. Los avances en la tecnología permite que los directores tengan a la mano la facilidad de crear virtualmente flamas, algunos hasta abusan entregándonos obras que deberían de tener una advertencia de contenido como: ” 1/3 parte contiene bolas de fuego incesantes sin nada más que valga la pena.”
Hollywood se ha dedicado con su dinero a hacer realidad cualquier pesadilla imaginable destruyendo edificios históricos, ciudades y hasta el planeta entero.
A continuación les presento un pequeño homenaje al inegable valor que tienen las explosiones en el cine.