Revista Historia

Las familiares y amenazadas pinedas del litoral del Baix Llobregat

Por Ireneu @ireneuc

Uno de los lugares de esparcimiento de los sufridos trabajadores del área metropolitana de Barcelona durante la segunda mitad del siglo XX fueron los pinares de pino piñonero que había en toda la costa del Delta del Llobregat desde El Prat hasta Castelldefels. Las familias humildes, cargadas con las sillas, las mesas, la nevera portátil, el melón, la tortilla de patatas y el inefable Seat 600, se dirigían hacia las cercanas playas del Baix Llobregat (habida cuenta la desaparición de la playa de L'Hospitalet, ver La expropiación de la Zona Franca: Historia de una puñalada trapera) para pasar los calurosos días festivos de verano cerca del mar y bajo la sombra del frondoso pinar litoral.

Este pinar, del que se tiene constancia documental al menos desde el siglo XVI, crece a sotavento de las dunas litorales que han caracterizado desde siempre la costa del delta ( ver El delta del Llobregat, una costa en retroceso), ayudando a frenar de forma natural el imparable avance de la arena empujada tierra adentro por la brisa proveniente del mar. Característica ésta que hizo que, a finales del siglo XIX, se hicieran reforestaciones con pinos piñoneros en lugares donde las dunas progresaban con demasiada libertad sobre los cultivos adyacentes a la playa.

Hoy en día, si bien en muchas zonas ha sido talado en beneficio de la especulación urbanística del litoral -barrio de Gavà Mar o la ampliación del aeropuerto, por ejemplo- y ha desaparecido aquella funcionalidad "social" tradicional, todavía quedan amplias zonas de pineda naturalizadas y protegidas como parte de la Red Natura 2000 (Pineda de Can Camins, Maiola, La Pava...) gracias a su excepcional riqueza biológica y paisajística. Una riqueza que las convierte en uno de los puntos más vulnerables y valiosos de la siempre amenazada costa del Baix Llobregat.


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