¿Las Fiestas Navideñas son igual para los que vivimos con dolor??

En varios grupos en los que personas con problemas similares, compartimos nuestras inquietudes, se ha hablado estos días de lo que significan las “Fiestas Navideñas” para los que vivimos con enfermedades que se acompañan de dolor crónico.

Muchos pacientes sienten que no son entendidos por sus familiares, amigos, compañeros de trabajo (los que todavía pueden trabajar)…, no es mi caso, en general me siento bastante comprendida.

¿Las Fiestas Navideñas son igual para los que vivimos con dolor??

Pero qué pasa si no me apetece en absoluto celebrar unas Fiestas, o un cumpleaños, o una despedida de soltera, o…lo que sea…y prefiero seguir con mi rutina habitual??

Ahí puede que la comprensión de los demás brille por su ausencia.

Frases como:

Total si sólo es un ratito
Pero si tú puedes descansar mañana
Verás que al final te lo pasarás bien
Lo que necesitas es salir y distraerte
¿Cómo no vas a venir?
Y muchas otras que todos hemos oído alguna vez…

Como decía, este tipo de frases, no nos motivan, sólo nos hace sentir incomprendidos y un poco culpables por no estar a la altura de lo que se espera de nosotros, por no poder hacer lo que antes hacíamos sin pensar, así que…voy a intentar desmontarlas:

“Total sólo es un ratito”: Si, ya lo sé, pero es que mi dolor es constante, diario, y por más que le explique que vamos a celebrar una fiesta familiar a él le da lo mismo y ahí sigue, generalmente aumentado por el estrés que supone pensar si aguantarás o no toda la celebración y si entenderán que te quieres ir o que no quieres participar en la conversación de turno.

“Pero si tú puedes descansar mañana”: Si, ya lo sé, no hace falta que me recuerdes que no puedo trabajar, pero por desgracia mañana deberé descansar con más dolor del que tengo habitualmente, deberé tomar más medicación de rescate, y pensaré en si vale la pena lo mal que lo estoy pasando sólo por haber celebrado algo por compromiso…

“Verás que al final te lo pasarás bien”: Esto depende…cuando salimos un día porque estamos algo mejor, porque nos apetece quedar o ver a determinada gente, seguro que aunque sólo sea durante un rato, nos lo pasaremos bien, y nos compensará todo lo que conlleva la salida, pero si lo que hemos de hacer es acudir por una obligación mal entendida a una celebración va a ser que no, que no me lo voy a pasar bien y lo sé.

“Lo que necesitas es salir y distraerte”: Pues distraerme si, pero salir es mi cuerpo y no yo el que decide cuando puedo o no puedo salir, y muchas veces no coincide con los días señalados en el calendario para hacerlo. Además mi enfermedad y mi dolor, por más que me distraiga, ahí sigue, y ya sé que es importante hacer cosas: movernos, hablar y salir con amigos y/o familia…en fin disfrutar de la vida que nos ha tocado, pero ¿estás seguro de que justo necesito distraerme el 24 y el 25 de Diciembre?

“¿Cómo no vas a venir?: Pues sencillamente quedándome en mi casa, tranquila, como hago siempre, a lo mejor no se les ocurre que muchos de nosotros nos pasamos la vida en las mismas circunstancias un día sí y otro también, y que nos da igual que sea día 14 o día 25, que sea Diciembre o Junio, que hay veces que no, que no puedo o simplemente no quiero ir a ningún sitio.

Y no quiero acabar sin dedicar unas palabras a la parte mercantilista de estas fiestas: los regalos, la mayoría de las veces innecesarios (no hablo de cuando hay niños pequeños a nuestro alrededor), en estos momentos no estamos en las mejores condiciones económicas para gastar dinero, la mayoría porque no podemos trabajar, dependemos de una Incapacidad, y tenemos unos gastos en cuidados que no nos cubre la Seguridad Social y que igual ni podemos asumir, con lo que el dinero que dedicamos a esos “regalos obligatorios” puede que lo tengamos que sacar de una sesión al psicólogo o al fisioterapeuta, o simplemente de guardarlo para un futuro incierto.

Aparte de todo esto, hemos de añadir la parte “divertida” de comprar regalos: amigos invisibles, papas noëles, reyes…, que igual antes nos encantaba y todo, pero que ahora se convierte en un suplicio, has de buscarte la vida comprando por internet, si al final decides ir a comprar físicamente a la media hora te dices que no vas a volver a ir de compras en lo que te queda de vida.