NOS BATIMOS MÁS POR NUESTROS INTERESES QUE POR NUESTROS DERECHOS Napoleón I
Me preguntan por qué firmo siempre las peticiones de socorro de Amnistía Internacional. Llevo más de media vida haciéndolo y me interrogan si puedo estar seguro de que he actuado correctamente durante ese tiempo. Vamos, que si en alguna ocasión me han metido gato por liebre.
Me da igual si alguna vez me he equivocado: ante la duda quien suscribe se posiciona a beneficio de la víctima, aunque luego no lo sea. En su conciencia queda, y que sus creencias o religión se lo demanden, si tienen. No estoy para juzgar a nadie porque no soy juez ni soy imparcial Lo mío es apoyar y me posiciono a favor del más débil.
En mi código ético tampoco entra aquello de que "las leyes son para cumplirlas". Hay situaciones que atentan contra la dignidad de las personas, la libertad de autonomía, o que causan más daño que beneficio, en que las leyes están para ciscarse en ellas y lo siento por los jueces, que quizás no me entiendan. Lo legal y la ética en ocasiones van separados y el menda elije esta última en casos como los señalados.
Ahí va un problema legal que nos ocurrió: tuvimos la custodia de una niña. Los responsables legales éramos nosotros. Un día, por mediación de una tía de la menor, nos llamaron los padres que residían relativamente cerca de nosotros. Nos informamos y descubrimos que era un niña querida por ellos y que en alguna otra ocasión habían tratado de retenerla. Se trataba de una familia estructurada pero con falta de recursos, ya ves. Lo pasamos fatal, pero pactamos con la familia el tiempo que iba a estar con ellos y con nosotros..
Aceptamos que se fuera con sus padres porque, siendo querida, nos posicionamos a favor de los más débiles (familia y menor). Con nuestra negativa íbamos a ocasionar mucho daño y muy poco beneficio, porque creemos en la autonomía de ambas partes y porque la dignidad de las personas es inviolable. Las leyes nos daban la custodia a nosotros y éramos los reponsables del cuidado de la niña. No era sencillo porque los tiempos de la justicia son distintos a los de las personas. Cualquier decisión en contra de los padres hubiera estado abalada judicialmente, pero... la ley no consideró lo anterior. Al final, para respiro nuestro, salió bien.
Por eso en mi vivienda hubo empadronados emigrantes que ni conozco y por eso mismo firmamos las acciones de Amnistía Internacional, por ética. Fin y a otra cosa.