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“LAS FLORES PERDIDAS DE ALICE HART” de Holly Ringland

Publicado el 01 septiembre 2019 por Marianleemaslibros
“LAS FLORES PERDIDAS DE ALICE HART” de Holly Ringland
“¿Qué milagro llevaría consigo su fuego? Para empezar, en su casa nunca volvería a oírse el sonido de cosas que se rompían. El olor amargo del miedo ya no impregnaría la atmósfera. Alice cultivaría un huerto de hortalizas y no la castigarían por equivocarse de pala. Aprendería a ir en bicicleta sin necesidad de que su padre, furioso, le tirara del pelo hasta casi arrancárselo porque ella no conseguía mantener el equilibrio.
Las únicas señales que necesitaría interpretar serían las del cielo, y ya no las sombras y las nubes que atravesaban el rostro de su padre y la alertaban de si se trataba del monstruo o del hombre capaz de transformar un eucalipto en un pupitre.”
“LAS FLORES PERDIDAS DE ALICE HART” de Holly Ringland
Alice Hart, una niña australiana de nueve años, se despierta en el hospital tras un incendio que ha arrasado su casa, le ha arrebatado a sus padres y la ha dejado muda. Su único familiar es la abuela paterna, June, que dirige una plantación de flores en la que acoge a mujeres que atraviesan circunstancias complicadas. En el ambiente sosegado y luminoso de la granja, la chica recupera poco a poco la voz y la confianza en sí misma mientras se va haciendo mayor y aprende el lenguaje de las flores autóctonas y los sentimientos que éstas expresan, un tiempo feliz cuya placidez se verá truncada tras una traición y una pérdida irreparables.
Así, a los veintiséis años, Alice decide escapar sin dejar rastro y refugiarse en un rincón del desierto central; sin embargo, en este paisaje tan espectacular que parece de otro mundo, y sin la protección de las flores, se sentirá vulnerable, a merced del amor de un hombre carismático y de un pasado que no deja de acecharla.
“LAS FLORES PERDIDAS DE ALICE HART” de Holly Ringland“LAS FLORES PERDIDAS DE ALICE HART” de Holly Ringland“LAS FLORES PERDIDAS DE ALICE HART” de Holly RinglandHolly Ringland creció descalza y salvaje en el jardín tropical de su madre en la costa este de Australia. A los nueve años, su amor por los paisajes, las culturas y las historias se profundizó durante un viaje de dos años con su familia por Norteamérica, viviendo en una caravana y viajando de un parque nacional a otro. Con apenas veinte, Holly trabajó durante cuatro años como guardabosques en una remota comunidad indígena en el desierto occidental de Australia, en el parque nacional de Uluru-Kata Tjuta.
Tras mudarse a Inglaterra en 2009, obtuvo un máster de Escritura Creativa en la Universidad de Manchester en 2011. Holly Ringland, que siempre ha querido ser escritora, debutó a los treinta y siete años con "Las flores perdidas de Alice Hart". Publicada en 2018, esta novela se ha convertido en un éxito de ventas internacional, los derechos de traducción se han vendido a veintiocho países y se prepara una serie televisiva. En la actualidad, Holly Ringland vive entre Australia y Reino Unido; sus flores nativas australianas crecen en ambos lugares.
¿De qué va la novela?
En la casa de madera del final del camino, Alice Hart, de nueve años, imaginaba sentada a su pupitre, junto a la ventana, diferentes formas de prenderle fuego a su padre.

Así comienza la novela, con ese impactante párrafo que ya te incita a imaginar qué tipo de historia tienes entre las manos. Y después sigues leyendo y te encuentras con cosas similares, como por ejemplo el párrafo que he seleccionado arriba junto a la cubierta del libro, o esta tremenda pregunta que se hace la pequeña Alice con tan solo nueve años:
¿Cómo sería si el fuego consumía a su padre? Los monstruos que lo habitaban quedarían reducidos a cenizas dejando en pie sólo lo mejor de él, recreado y renovado por las llamas, y él se convertiría de una vez por todas en aquel hombre que era a veces: el que le había hecho un pupitre para que pudiese escribir cuentos.

Alice Hart es la principal protagonista alrededor de la cual gira toda la historia. Una niña australiana que se despierta un día en la cama de un hospital, resultando ser la única superviviente de un incendio que ha acabado con su casa, que se ha llevado a sus padres y al hermanito que aún ni siquiera había nacido. Hasta su propia voz se ha llevado.
Adoraba a su madre Agnes, con el cuerpo constantemente lleno cardenales y moratones y los cuentos que ella le contaba, siempre protegiéndola del lado oscuro y violento de su padre, siempre cultivando, cuidando y hablando con sus flores.
Su madre florecía cuando se hallaba rodeada de sus plantas. Sobre todo, cuando hablaba con las flores. Se le humedecían los ojos y mascullaba en una lengua secreta, una palabra aquí, una frase allá, mientras iba cortándolas y metiéndoselas en los bolsillos.

Adoptada por June (su abuela, la única persona en el mundo que le queda cuya existencia ni siquiera conocía) Alice se va a vivir a Thornfield, la finca familiar donde se cultivan y comercializan flores autóctonas australianas. Las empleadas de su abuela, sus Flores como ella las llama, son mujeres que también en algún momento han estado perdidas, extraviadas y que también han sido acogidas por June, ayudándolas a rehacer su vida, ofreciéndoles seguridad y a algunas incluso un nuevo hogar.
Ella sabía mejor que nadie que Thornfield siempre encontraba la forma de sanar las almas heridas que buscaban un hogar.

Twig fue la primera Flor desesperada que llegó a Thornfield cuando el Gobierno le acababa de quitar la custodia de sus hijos. Se quedó a pasar la noche y ya nunca más se fue de allí. Y después, al cabo de un tiempo, ambas encontraron a Candy abandonada cerca del río envuelta en un vestido azul de fiesta y flotando en un moisés entre lirios de vainilla.
<<Las Flores son mi familia>>, solía decir, y abría los brazos abarcando los campos y a las mujeres que estaban sentadas a su mesa.

Como una Flor más, Alice crece sobreprotegida por todas ellas, rodeada de medias verdades y secretos sobre sus padres y sus antepasados que nadie decide desvelarle. Pero llega un momento que ya no aguanta más, recoge sus cosas y se marcha, huyendo en dirección al desierto para intentar allí volver empezar de nuevo, otra vez sola. Aunque la huida a veces no es suficiente para dejar definitivamente atrás los fantasmas del pasado y la historia puede volver a repetirse. . .
Estaba cansada. Cansada de soportar el peso de un pasado demasiado doloroso para recordarlo, cansada de unas flores que decían las cosas que la gente no podía decir, cansada de congojas, aislamiento y fantasmas, de que la malinterpretaran. Sabía que tendría que hablarle a Alice de su familia, pero se resistía a cargar con más reproches por los secretos que crecían entre las flores de Thornfield.

“LAS FLORES PERDIDAS DE ALICE HART” de Holly RinglandMi tercer Bookish. Han vuelto a acertar con “Las flores perdidas de Alice Hart”, una historia que no me ha dejado indiferente. Estamos ante una novela coral de mujeres, mujeres unidas a través del espacio y el tiempo por un idioma común, el lenguaje de las flores. Un lenguaje transmitido de generación en generación que utilizan para comunicarse, para transmitir recuerdos, emociones y sentimientos.
A veces hay cosas muy difíciles de decir. Yo sé que tú lo entiendes mejor que la mayoría de la gente. Cuando yo tenía tu edad, empecé a aprender el lenguaje de las flores. Me lo enseñó mi madre, tu bisabuela, y a ella se lo enseñó su madre con las flores que crecen en estas tierras, nuestro hogar. Las flores nos ayudan a decir lo que a veces no podemos decir con palabras.

June, Agnes, Alice, tres mujeres que se juntaron con hombres agresivos, excesivamente celosos, machistas, violentos, que además cargan con un pasado o con un presente que las persigue y secretos inconfesables que las consume. Y las tres son Flores que pierden Flores por el camino, en el trascurso del tiempo, de su existencia, de su vida, pero que tal vez puedan ser recuperables. ¿O tal vez no?
Aquellas flores prensadas y dibujadas se habían convertido en su consuelo y su bálsamo: eran su historia. Hablaban de recuerdos de infancia; de soledad y desconcierto; de la vida que había vivido sin su madre; del resentimiento, el dolor, el miedo y la culpabilidad. Allí estaban sus sueños no cumplidos, su penitencia, su anhelo de dejarse consumir por el amor.

El personaje de Alice me ha gustado, he empatizado con ella durante toda su trayectoria personal, en especial por esa manía suya de buscar consuelo siempre en los libros (como yo hago), en sus perros, en sus flores.
Las descripciones de Agnes la habían hecho imaginar que una biblioteca debía de ser como un silencioso jardín de libros donde las historias crecían igual que las flores.Los libros cayeron en su regazo. Suspiró de placer y los abrazó. Entonces se puso a hojearlos y aspiró su olor ligeramente rancio a papel y a tinta. Historias de nostalgia y sal aletearon alrededor de su cara, saludándola.

Lo contrario que me ha pasado con June, no me ha caído bien y no he conseguido entender porqué hacía algunas cosas. Creo que su continuo afán de sobreprotección hacia su nieta para evitar que la hicieran daño, no era más que puro y duro egoísmo.
¿Qué me ha parecido? ¿Me ha gustado?
He disfrutado mucho con esta historia repleta de referencias a las costumbres, creencias  y leyendas ancestrales de los aborígenes australianos, me ha resultado una novela absorbente, emotiva, de esas que te llegan al corazón y en algunos momentos, aunque la autora ha mostrado bastante sensibilidad a la hora de tratar ciertos temas, impactante.
La prosa de Holly Ringland también me ha gustado, pero lo mejor bajo mi punto de vista ha sido la ambientación tan maravillosa que ha sabido recrear (es algo que valoro mucho) por su manera de describir los lugares, transportándote allí, a los bellos parajes desérticos de Australia, a los campos repletos de flores de variados colores y formas, permitiéndote casi oler su perfume, disfrutando junto a los protagonistas de esas increíbles puestas de sol al pie del Kililpitjara.
Los personajes femeninos están bien construidos, a Twig, Candy, June, Agnes, Lulu, Ruby, las llegamos a conocer más bien. En los masculinos, aunque sus comportamientos son determinantes en el devenir de la historia, no se ahonda demasiado, mejor así . . .
Destacaría de forma especial la edición, preciosa, tanto la cubierta como el interior. Cada capítulo muestra la imagen de una flor y su significado. Es una delicia tenerla entre manos.
Dos curiosidades relacionadas con la novela:
-- Existe la floriografía (Persona que domina el lenguaje de las flores). “Aunque difícilmente se puede hablar de la floriografía hoy en día, especialmente comparándola con su auge y consolidación, ocurrida en el siglo XIX. Fue en la época victoriana cuando la tradición de regalar flores se convirtió en algo más que un agasajo o una muestra de aprecio: era, simplemente, un inteligente y hermoso método de cifrar mensajes y sentimientos. Así, al igual que el inglés, el francés o el español, la floriografía fue una lengua más dentro de la sociedad, toda persona debía conocer el significado de las flores si quería hablar el lenguaje de las flores. Aunque la floriografía no se enseñaba en las escuelas, se heredaba de generación a generación, de amigo a amigo, de amante a amante”
-- “Las flores perdidas de Alice Hart” va a ser convertida en serie de televisión por los creadores de “Big Little Lies”. No me la perderé, seguro.
Resumiendo: “Las flores perdidas de Alice Hart” es una maravillosa novela sobre mujeres, con unos personajes femeninos inolvidables, que toca diversos temas como la violencia de género, el machismo, los celos excesivos, el amor tóxico y los efectos nocivos a corto y a largo plazo que pueden acarrear las mentiras, las medias verdades, la sobreprotección, la traición, la pérdida y la culpa. En definitiva nos viene a decir que aunque en el transcurso de nuestra vida podemos perder algunas de nuestras Flores más preciadas y algunas sean imposibles de recuperar, otras quizás sí podamos recobrarlas al cabo de un tiempo, porque. . .
“El pasado siempre se las ingenia para echar nuevos brotes. Si no las tratas como es debido, esas historias encontrarán por sí mismas la manera de hacerse presentes”
“Quizá a veces fuera posible retroceder para encontrar la forma de avanzar”
“La vida se vive hacia delante, pero sólo se comprende hacia atrás. No puedes ver el paisaje mientras estás en él”
Mi puntuación, la máxima:
“LAS FLORES PERDIDAS DE ALICE HART” de Holly Ringland

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