El descubrimiento de tan gran cantidad de plata en las minas mejicanas creó la necesidad de hacer llegar hasta allí enormes cantidades de mercurio para desplatar y poder conseguir resultados óptimos de la extracción de aquel mineral.
El azogue era un producto que se extraía de las minas de Almadén, en Ciudad Real, las minas más antiguas e importantes del mundo. El mercurio que debía enviarse a América se cargaba en carretas o a lomo de mulas y se trasladaba hasta Sevilla donde llegado el momento se embarcaba en uno o varios Galeones de la Flota de Indias que hacían el recorrido periódicamente desde la Península hasta Veracruz. El mercurio debía de viajar envasado en baldeses de 46 kg., introducido en toneles no muy grandes y estos a su vez, de tres en tres, en cajones convenientemente cubiertos con lonas embreadas, bien impermeables. Al ser un material especial “…no se puede llevar cera, papel, azafrán…a excepción de los productos de la tierra, vino aguardiente, no lo de Levante por su mala calidad…” Si toda la remesa no podía ir junta o parte de ella llegaba tarde para la partida del Galeón un pequeño barco-aviso bastante ligero podía posteriormente transportar lo que quedó en tierra. Las normas no siempre se cumplían…
Al ser tan pesados pero no muy grandes esos cajones, bien estibados dejaban bastante espacio libre para otras mercancías más ligeras. A veces coincidía con el viaje de algún personaje importante para los que se acondicionaban los escasos camarotes y se embarcaba su ajuar. Debemos recordar que en las bodegas también viajaban animales vivos además de todas las provisiones y bebidas que eran necesarias para alimentar a la tripulación y pasajeros.
Además de tan larga travesía, (entre ida y tornaviaje empleaban unos ocho meses), los temporales en el Caribe eran tremendos, causando el hundimiento de varios de estos barcos con el fallecimiento de sus tripulaciones y pérdida de tan costosa mercancía.
Los galeones de la Flota de Azogues habitualmente cargaban unos 2.000 toneles y llevaban 2.100 quintales de azogue, ya desde el siglo XVII.
Estos galeones transportaban su carga hasta Veracruz y después, en carretas o a lomos de mulas, todo el mercurio era llevado hacia el norte hasta Ciudad de México, unos 400 Km. en lo que tardaban entre 16 y 20 días… Desde allí, por los senderos y caminos llamados “Caminos de la plata” hasta las minas. Este era su destino final.
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Una sección de Elisa Gómez Pedraja para Curiosón, 2018