Las fotopapeletas y los excesos

Lo sucedido en los últimos días con las denuncias de irregularidades en la colocación de fotopapeletas por parte de la Municipalidad de Lima, en alianza con la Policía Nacional, es doblemente grave, pues por un lado se ha puesto al descubierto la existencia de una posible mafia que la gestión edil trata de minimizar al ofrecer solo la revisión de algunas de las infracciones colocadas para ver si las elimina o no; y, por otro lado, al haberse suspendido este tipo de control, se está dejando a la capital a merced de esos delincuentes del volante que se creen dueños de las pistas.

Sobre el primer tema, es delicada la denuncia hecha el pasado fin de semana por dos regidores del Partido Popular Cristiano (PPC), en el sentido de que el Servicio de Administración Tributaria (SAT) por sí solo no puede ser el responsable de la agresiva campaña de colocación de fotopapeletas, que por más necesaria que sea para frenar los excesos de los choferes, ha derivado en una serie de abusos que deben ser investigados, pues el tema no puede ser pasado por agua tibia y pretender que se solucione atendiendo algunos reclamos.

En los últimos días se ha sabido también que para que en una calle se fije un máximo de velocidad como punto de partida para aplicar multas, debe haber de por medio un estudio técnico que habría que preguntarle a la burgomaestre si realmente se ha hecho, pues eso de poner letreros que luego desaparecen o notar que en una avenida de doble vía se puede ir solo a 40 kilómetros por hora, resulta por demás sospechoso de que acá las cosas se están trabajando, por razones que habría que averiguar, sin mayor criterio técnico.

Es por eso que resulta apropiado que tanto el Ministerio Público como la Contraloría hayan intervenido en este hecho, en busca de los responsables por un lado, y siguiendo la pista del dinero recaudado. Ante todo esto, mal hace la municipalidad en seguir minimizando los hechos, en escudarse en las imágenes de Google Street View y en poner más ventanillas para atender los reclamos, cuando lo saludable hubiera sido disponer una investigación interna contra los que resulten responsables de estos hechos, algo que al menos está haciendo la Policía Nacional.

El problema es que mientras tanto, en estos momentos no hay control de velocidad en las pistas de Lima, algo muy grave teniendo en cuenta la gran cantidad de choferes irresponsables que tenemos en nuestras pistas y que saben que por estos días nadie les va a colocar una multa por, por ejemplo, hacer carreras entre ellos y poner en riesgo la vida de pasajeros y transeúntes. Es lamentable que por una serie de improvisaciones y eventuales irregularidades en el sistema de control de tránsito, hoy las calles de Lima sean tierra de nadie en cuanto a control de velocidad.

Sin duda las presuntas irregularidades en la colocación de las fotopapeletas y la nula intención de la municipalidad por aclarar estos hechos, son un retroceso en la necesaria tarea por ordenar el tránsito en Lima, pues para sancionar a los irresponsables hay que tener autoridad moral y, por lo que vemos, la gestión edil, al menos en este tema, la está perdiendo al dejar que las sombras cubran un moderno sistema de fiscalización que podría ser muy bueno si es que no hubiera derivado en un millonario abuso.

FUENTE: DIARIO CORREO. http://diariocorreo.pe/opinion/noticias/6456801/columnistas/las-fotopapeletas-y-los-excesos