Solitarias, silenciosas, camufladas y agazapadas largas jornadas en escondites increíbles. Un pequeño movimiento, el más ligero temblor en sus manos era la diferencia entre la vida y la muerte. Fijaban el blanco, disparaban y desaparecían sin dejar huella. Las temibles Francotiradoras Rusas fueron la pesadilla de los alemanes en la WWII.
Antes de enfrentar a Alemania, Iósif Stalin y sus arrogantes comandantes aprendieron varias lecciones en la Guerra de Invierno (1939-1940). Lo primero fue que la superioridad numérica no lo era todo (1) pero también se apreció la enorme diferencia que hacían los francotiradores como el pequeño finés Simo Häyhä apodado “La Muerte Blanca” (2) quien había causado terror entre las filas soviéticas.
Aparecieron entonces en escena el célebre Vasily Zaitsev (3) Iván Sidorenko y muchas Mujeres fueron enlistadas en puestos especiales del ejército ruso.
La más mortífera francotiradora solitaria fue Lyudmila Pavlichenko, una brillante estudiante de historia, menuda, de aspecto frágil y angelical. El total confirmado de alemanes abatidos por la rubia Teniente fue 309 (4)
Lyudmila Pavlichenko
Otras, como las amigas Natalia Kovshova y Maria Polivanova (5) gustaban salir en pareja, y mientras una informaba de las variables ambientales y climáticas, y el mejor lugar para disparar, la otra calculaba y ejecutaba el tiro. Esta dupla se convirtió en una leyenda cuando pasaron al otro mundo a cinco francotiradores de élite del ejército alemán que estaban tras ellas, más 20 oficiales de rango y 10 oficiales de alto rango del Tercer Reich y sumaron la friolera de 300 bajas enemigas.
Natalia Kovshova y Maria Polivanova
Las más hermosas y jóvenes –aunque tan letales como sus camaradas- fueron sin duda
Roza Shanina y Nina Lobkovskaya. Si acaso el destino o lo que fuere, no las hubiera colocado en el teatro de operaciones, bien pudieron ser modelos pin ups. Roza llevó a la tumba 59 alemanes y Nina, 95.
Roza Shanina y Nina Lobkovskaya
Las Francotiradoras provocaron depresión en el ejército alemán. Se disfrazaban de campesinas o pastoras y llevaban sus rifles desarmados en las canastas de sus bicicletas, o lo disimulaban en el pelaje de las ovejas y conseguían posiciones -imposibles para sus colegas masculinos- detrás de las líneas enemigas. ¿Quién podía imaginar que detrás de esos encantadores y bucólicos rostros eslavos, había precisas, minuciosas y certeras máquinas de matar?
Impredictibilidad, en la guerra…y en la paz.
“Un tiro, una muerte” Vasily Zaitsev “Entre el llanto y el fusil, hay un mundo de posibilidades” Dominique Saillard.
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(1)Finlandia con un pequeño ejército, tácticas de guerrilla, hábiles esquiadores y la bomba Molotov provocó la baja de más de 270.000 soldados soviéticos contra las 25.000 pérdidas fineses.(2) Abatió 542 soldados rusos en 115 días. (3) La historia de Zaitsev fue recreada en la película Enemy at the gates (4) Pavlichenko fue la primera ciudadana soviética en ser recibida por un Presidente de los Estados Unidos. Franklin D. Roosevelt y su esposa la agasajaron como una heroína en la Casa Blanca.(5) Amigas hasta después de la muerte: fueron sepultadas juntas en 1942.
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