Revista Deportes
Luis Aragonés
Tantos años en los banquillos dan para mucho. Alegrías, decepciones, polémicas... Luis Aragonés vivió todas las facetas del fútbol como jugador primero y como entrenador después. Una experiencia que salpicó con un buen número de sentencias que han quedado grabadas en la memoria colectiva.
Gran motivador, para el recuerdo quedarán algunas de sus charlas a sus futbolistas, como cuando les explicó que «Y ganar, y ganar, y ganar, y volver a ganar, y ganar, y ganar, y ganar, y eso es el fútbol, señores».
O cuando, dirigiéndose a los internacionales españoles les reconoció: «Forman ustedes un grupo excepcional. Si no llego a la final con este grupo es que soy un mierda, es que he organizado una mierda de equipo».
Para el técnico madrileño, «las finales no se juegan, se ganan».
Entre sus perlas también quedaron sus instrucciones a la selección española antes de la final de la Eurocopa de 2008 ante Alemania: «El rubio, ese que tiene el nombre tan raro, le han echado ya una vez, y si somos listos le echan otra». O cuando se refirió a Ballack, uno de los jugadores más importantes del conjunto teutón, como «Wallace», provocando la risa de los internacionales.
Como técnico de club, Aragonés dejó en el recuerdo de los aficionados del Atlético de Madrid la charla que dio a los jugadores rojiblancos antes de que se enfrentaran al Real Madrid en la final de Copa de 1992. «¿Lo han entendido? Pregunto, ¿lo han entendido? ¿Sí? Pues esto, esto (golpeando la pizarra), no vale para nada. Lo que vale es que ustedes son mejores y que estoy hasta los huevos de perder con estos, en este campo. Son el Atlético de Madrid y hay 50.000 dentro que van a morir por ustedes. Por ellos, por la camiseta, por su orgullo, hay que salir y decir en el campo que sólo hay un campeón y va de rojo y blanco».
Con toda una vida en los banquillos, como es lógico Aragonés también tuvo sus roces con la prensa y diferentes polémicas, como cuando trató de motivar a Jose Antonio Reyes comparándole con Thierry Henry: «Usted es mejor que ese negro».
El madrileño tuvo que defenderse de las acusaciones de racismo que le llegaron por aquellas palabras: «Tengo declaraciones de Eto'o, de Finidi, de Engonga... Y me dicen amigos ¿cómo es posible que le tachen de racista?». «Yo he convivido con negros, a uno le molesta más que le llamen de color que negro. Eso se ha superado con facilidad».
«Hay medios que me quieren matar. Mátenme, pero no mientan», afirmó una vez sobre la prensa.
Aragonés se hizo cargo de la selección tras un período convulso, de decepciones deportivas y pronto dejó claras sus intenciones, de volver a hacer del equipo nacional el equipo de todos: «Me gustaría que la selección tuviera un nombre, una identidad. Igual que Brasil es la canarinha o Argentina la albiceleste, me gustaría que España fuera 'La Roja'", dijo en 2004 cuando llegó al banquillo de la selección».
«No voy a la Eurocopa si no estoy convencido de ganar. Y a mis jugadores les voy a tratar de meterle en la cabeza que lo vamos a conseguir».
En sus declaraciones siempre había un poso de sabiduría, logrado a través de una dilatada experiencia:
«Sé lo que siente un jugador que escucha el himno. El futbolista es como un actor, quiere salir, hacer tres goles y que la afición le aclame».
«Yo creo que un entrenador de fútbol debe ir en chándal a los partidos».
«Lo más agradable es dedicarme a esta profesión. Sólo con pisar un campo me encandila, el olor a hierba».
Finalmente, un buen número de sentencias del técnico madrileño quedaron grabadas para siempre gracias a su sentido del humor:
«Al Rey lo conozco de cuando era Príncipe y tengo una anécdota con él. Una vez me entregó la medalla de oro deportiva y yo le dije: Rey, no sería mejor que nos diera un poco de dinero mensualmente. Y cada vez que le veo le pregunto: ¿cómo va lo nuestro? Y me responde: lo nuestro va bien pero sigue como está».
«Digo más veces vete a tomar por culo que buenos días».
«A mí me van a dar un ramo de flores, que no me cabe por el culo ni el bigote de una gamba»
«Tengo un amigo japonés que es sexador de pollos».
«Aquí el más tonto hace relojes de madera. Y funcionan»