Revista Empresa

Las funciones directivas de un emprendedor

Publicado el 12 agosto 2011 por Juan Carlos Valda @grandespymes

Las funciones directivas de un emprendedorPor Víctor R. Kertesz

Si sos emprendedor, o dirigís un emprendimiento, sabrás que la dirección se ocupa de coordinar e integrar el conjunto de factores productivos que configuran la empresa, y muy en especial al equipo que trabaja en ellas.

Además de esto dicho rol debe permitir la generación de nuevos recursos, no sólo tangibles sino también intangibles, por ejemplo, preocuparse por estimular la acumulación de conocimientos por parte de los empleados, de manera que cada vez sean más eficaces y con mayores  habilidades; mejorar la dotación tecnológica de la empresa, consolidar su imagen de marca, etc.

Esta tarea es tan importante que se ha llegado a identificar a la dirección con la creación de recursos intangibles.

Un directivo japonés dijo: ”hemos estado trabajando fuerte en la modernización tanto de lo que es visible como de lo que no lo es. Plantas y maquinaria  pueden  ser  compradas  con  dinero  prestado,  pero  no  pueden comprarse  los  activos  intangibles.  Hemos  realizado  un  gran  esfuerzo  en construir  una  organización,  desarrollar  los  recursos  humanos,  normas,  un sistema de contabilidad de costes, por no mencionar la tecnología e imagen de marca” (Nomura Management School)

Dirección,  pues,  tiene  que  ver  con  la  asignación,  coordinación  y movilización de los recursos con los que cuenta cualquier actividad organizada. Así,  nos  vamos  a  encontrar  con tareas directivas en cualquier lugar de la empresa  u  organización,  aunque  tendrán  contenidos  distintos  y  formas  de funcionamiento también diferentes. Así el encargado de un negocio, el supervisor que está al frente de operarios, el gerente  de  ventas  de  una empresa, un capitán de un barco, el presidente de una multinacional, ocupan con  distintos grados de responsabilidad y amplitud cargos directivos en las instituciones donde trabajan.

Las funciones clásicas del proceso directivo son:

a) Planificar,  que  consiste  en decidir por anticipado que se quiere hacer en el futuro y cuáles son los medios que van a arbitrarse para  alcanzarlo.  Se  materializa en planes de muy distinto tipo, desde los que tratan de prefijar la situación futura de la empresa en los próximos años, hasta los que determinan la cantidad exacta  de  tipos  de productos  que se van a producir en la próxima semana.

b) Organizar,  consiste en diseñar la estructura organizativa, esto es, el patrón más estable de relaciones entre los miembros de la empresa. Su  expresión  más  sencilla  pero   incompleta   es   el organigrama.

c) Dirigir, integrando dentro de esta estructura a los individuos que van a trabajar en ella, y conseguir que orienten su comportamiento en la forma adecuada hacia el logro de los objetivos de su organización o unidad. Para ello debe ocuparse del reclutamiento, selección, entrenamiento y asignación de personas a puestos. Ahora  bien,  la  empresa  no puede confiar en que  sus miembros se comporten voluntariamente de la forma adecuada. El diseño de un sistema de  recompensas  adecuado  es  un  primer  paso  para  tratar  de armonizar los intereses de unos y otros; también será necesario influir  en   el  comportamiento  de  otros,  es  decir,  ejercer  el liderazgo.

d) Controlar,   con   el   control   se   pretende   verificar   que   el comportamiento de la empresa se mantiene dentro de los límites previamente fijados y, en caso contrario, tomar medidas. Es un  complemento  a  la  planificación,  por  cuanto  pretende asegurar  aquello   que  nos  comprometimos  a  hacer  de antemano se vaya cumpliendo y, en caso de no ser así, que se realicen las correcciones oportunas para hacer que los hechos se adecuen a los planes.

En resumen, mediante el proceso de planificación se fijan los objetivos y medios  para alcanzarlos, información que es imprescindible para diseñar la estructura organizativa capaz de llevarlos a cabo (organización) y seleccionar y motivar al personal adecuado (liderazgo). Por último, el control  verifica  el  grado  de  cumplimiento  de  los  planes  e  identifica  a  los responsables gracias a su conocimiento de la estructura organizativa.

Las destrezas directiva
El trabajo directivo adopta entonces una amplia gama  de  facetas  y  requiere,  por tanto, de habilidades y conocimientos de muy diversa índole. En concreto, podemos distinguir tres grandes tipos de destrezas:

1. Técnicas:   Los   directivos   deben   poseer   conocimientos técnicos, esto  es,  habilidad  para  manejar  métodos  y técnicas específicos de sus áreas de actividad (ej.  métodos de programación  de la producción, el análisis de inversiones, etc.)

2.  Interpersonales: Necesitan   también   conocimientos humanos, pues el directivo debe dedicar  mucho  tiempo  a interactuar   con   otras   personas,   para   motivarlas,   para explicarles que se espera de ellas, cómo pueden contribuir a mejorar los resultados de la empresa.

3.  Conceptuales: Capacidad   para   concebir   la organización  como  un  todo, así como su relación con el entorno. Así deben ser capaces de  analizar  un  problema complejo,  identificar  sus  elementos  más  importantes,  así como las interacciones que existan  entre  ellos;  necesitan entonces  de una  visión  a  largo  plazo  y  con  capacidad integradora.

Lic. Victor Kertesz

CONSULTORIO EMPRENDEDOR DE MARKETING - [email protected]


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