Revista Historia

Las gorgonas del Pérmico

Por Fujur

"la gorgona Medusa tenía serpientes por cabellos, grandes dientes, la lengua saliente y, en general, un rostro tan feo que quien lo miraba quedaba petrificado por el terror".Graves, Robert, "Los mitos griegos"

Las gorgonas del Pérmico
Existe entre nosotros una mala costumbre de reducir la ciencia a lo sensacionalista, a acercar lo sublime a lo humano y a centrar lo característico en lo superlativo. La ciencia es atractiva en cuanto es pervertida, despojada de sus descripciones óseas y demás estudios serios de taxonomía. Hablar de prehistoria, para el gran público, en no pocas ocasiones se reduce a tratar de los dinosaurios (preferiblemente del T. Rex, el Triceratops , y acaso, también del "inexistente" Brontosaurus ) y de los mamutes. Son muy pocos quienes hacen caso de otros seres, de especies tan sorprendentes, o más, que las "conocidas", "mencionadas" mejor dicho. Cayendo en la contradicción, por lo demás a efectos meramente líricos, de invocar, en no poca medida, el "sensacionalismo prehistórico", en este post vamos a hablar de los gorgonópsidos, posiblemente, las criaturas más pavorosas que hayan pisado la Tierra.

La nomenclatura de las especies prehistóricas es, en sí, todo un campo para la reflexión y el entretenimiento. Analizar el por qué de los nombres, el por qué de los adjetivos calificativos

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que contienen los nombres en latín de los seres extintos es todo un ejercicio de imaginación, tal y como, por otra parte, ya lo fuera para quienes los nombraron. De alguna forma, analizar la etimología de estos nombres científicos es "colarse" en la mente, pretérita, de quienes antes los nombraron. Es una forma de disfrutar de las sensaciones que los fósiles provocaron en quienes los clasificaron.

Los gorgonópsidos deben su nombre a las gorgonas griegas, extrañas criaturas aterradoras de entre las cuales destaca Medusa, la única mortal, y la sazón, asesinada por el héroe Perseo. Se afirma que los panaderos de la antigua Grecia tenían representadas cabezas de gorgona en la puerta de sus hornos, avisando del peligro que corría quien pretendiera abrila antes de tiempo. Los cráneos de estos animales del Pérmico (299,0 - 251,0 millones de años) debieron de producir en sus descubridores un efecto parecido. Estas "gorgonas prehistóricas" eran reptiles mamiferoides, o lo que es lo mismo, reptiles precursores de lo que luego serían los mamíferos. Su tamaño, sus dientes, su locomoción y estructura no dejan lugar a dudas de que debieron ser unos seres magníficos. Inostrancevia (segunda imagen), Arctops o Lycaenops fueron contrincantes poco preferibles a los grandes saurios. Se cree que pudieron tener sangre caliente, lo que, lejos de tener connotaciones eróticas, debió facultarles para el poblamiento de diferentes ambientes; comenzaron a experimentar de cierta autonomía frente al Sol, hecho que debió ayudarles en una época geológica, el Pérmico, que pronto acontecería como la más fatídica de cuantas ha habido sobre nuestro Planeta.

Pese a no compartir "remisiones a la Medusa", otras especies de mamiferoides aterrorizaron a los diferentes animales, por lo demás desafortunados, que poblaron la Tierra por aquel entonces. Los anteosáuridos (tercera imagen) o el Titanosuchus, participaron mismamente de una naturaleza "pseudo-felina" que les asemejaron a criaturas, no sólo mitológicas, sino también propias de

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videojuegos y películas de ciencia ficción (¿a alguien no le recuerdan a seres de Pandora?).

Las luchas, la vida y adversidades de estos asesinos de los bosques de finales del Paleozoico introdujo el terror entre los suelos de la Prehistoria, como queriendo rendir homenaje a los seres, de mayor tamaño, que inmediatamente heredarían este curioso escenario de operaciones. Los tiempos en que el Mar todo lo monopolizó, en términos de historia evolutiva, tocaban a su fin, estos seres, y demás miembros del clan de los mamiferoides, fueron poniendo, a mordiscos y coletazos, los cimientos de un "Imperio" que aún tardarían en heredar sus descendientes. La extinción de finales del Pérmico, la "madre" de todas ellas ("Great Dying"), retrasó el dominio de estas especies hasta el fin de los dinosaurios. ¿Circunstancias del Azar que los grupos que han prologado las mayores extinciones de la Historia, estén emparentados? Desde luego que sí, sólo que esperemos no ganar a nuestros "ancestros del Terror", en lo que catastróficas coincidencias se refiere.

 


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