Revista Cultura y Ocio

Las grandes familias. Maurice Druon

Por Mientrasleo @MientrasleoS
Las grandes familias. Maurice Druon

      "Las paredes de la habitación de la clínica, la madera de los mue bles y el metal de la cama estaban pintados de un blanco brillante, lavable y crudo. De la tulipa de vidrio esmerilado fijada encima de la cabecera caía la luz eléctrica, igualmente blanca y dura, sobre las sábanas, sobre la pálida parturienta que entornaba los párpados, sobre la cuna y sobre los seis visitantes. 

     —Todas vuestras magníficas razones no cambiarán un ápice mis ideas, ni siquiera el hecho de que estemos en guerra —dijo el marqués de La Monnerie—. Desapruebo absolutamente esta nueva moda de ir a dar a luz fuera de casa".

     Como siempre digo, si no me he leído un libro, para mí es una novedad. Así que hoy traigo a mi estantería virtual el Premio Goncourt de 1949. Se trata de Las grandes familias.

     Conocemos a la familia Schoulder, de origen judío-austriaco pero ya casi olvidado, tres generaciones ligadas a la banca y la industria les consolidan como una gran familia marcada por tres generaciones:Siegfried, Noël y el nieto, François. Y por otro lado tenemos a los La Monnerie, aún "mejores", ligados al poder. La unión de estas dos familias aúna un gran poder y se refleja en la tercera generación, François Schoulder y Jaqueline de La Monnerie. Qué gran unión, podréis pensar. Pero, ay, que François quiere trabajar. Y empezamos con los problemas.

     Las grandes familias es una novela con un aire anticuado que refleja una sociedad anticuada. Tras un magnífico comienzo en el que un nacimiento se produce mientras los alemanes sobrevuelan París, nos metemos de lleno en el relato de una sociedad de entreguerras, cambiante, y la vida un tanto aislada y casi de opereta de un par de familias. Este título será el primero de la trilogía que lleva su mismo nombre con la que el autor hizo un retrato que yo ya estoy ansiosa por continuar.

     No faltan los líos, los embarazos que provocan matrimonios forzados aunque no incluyan a ambas partes y que tienen un final, cuanto menos, irónico, las luchas de poder, las maquinaciones, las víctimas inocentes o no tan inocentes, la tragedia y el drama. El autor nos muestra personajes secundarios situados en extremos y principales ávidos de la parte del poder, el engaño o el amor a la que se hayan visto sometidos. Diría que estamos ante un novelón en el caso de estar ante un decimonónico tomo que uniera los tres títulos, pero en este caso me quedé un tanto a medias tras la tragedia al saber que la historia podía continuar. Dicho lo cual, me fui a la librería y encontré que la misma editorial tuvo ese sentimiento y decidió que en un volumen único ganaría en drama y trama. Vamos, que si seguís mi recomendación, yo ni me lo pensaba.

     A estas alturas no os he contado que hay un malo resentido que pertenece a una de las familias, que la desgracia se cierne un tanto por ambición y que acaba provocando disgusto precisamente por tener que mantener poder, bueno, no solo por eso, que hay quien solo busca ascender y quien se muere de pena y queda, y esto es lo que hace que un libro sea bueno o malo en realidad, una sensación de vigencia porque en determinados círculos las cosas tal vez no hayan cambiado demasiado.

     Me he divertido mucho con Las grandes familias. Llego dispuesta a continuar su historia y es que siempre me ha resultado atractivo ese momento de cambio al que muchos se niegan a mirar. Con unas primeras páginas poderosas y un final que no deja dudas sobre la necesidad de seguir, he disfrutado.

    Y vosotros, ¿miráis la fecha de publicación de vuestras lecturas?

     Gracias.


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