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Pero teniendo en cuenta que un país no muere (salvo que las profecías catastróficas del 2012 se hagan realidad) la crisis tiene una serie de cosas positivas, que deberíamos destacar, porque sobre ellas podemos construir. Doy algunos ejemplos:
- No se están contratando funcionarios. Y el país está recibiendo, por lo bajini, una lección francamente positiva: ser funcionario NO te garantiza la vida. El concepto de “plaza en propiedad” hagas lo que hagas, es duro de roer. Pero está, y debe seguir recibiendo fuertes golpes.
- Hemos dejado de destrozar nuestras costas. Y ciudades. Y tenemos resuelto el problema de la vivienda para los próximos diez años. Es decir, la próxima generación no va a tener que gastar grandes recursos en hacer casas. Ya las tienen.
- La “juventud dorada” de niños mal educados en la escuela y todo consentidos en casa, están viendo que la vida no es mimo. Es una lección dura hoy, pero de la que podremos recoger buenos dividendos durante los próximos veinte años. El valorar el trabajo, y el aprender a trabajar.
- Los jóvenes están saliendo de sus casas. Esto es a más del punto anterior. Aprenden idiomas, aprenden modos de trabajar y de vivir. Y cuando vuelvan, que volverán, tendremos una espléndida generación de Directivos y Empresarios.
- Las empresas “vacías”, los empresarios “pegados a la Administración” están muriendo. Lo cual refuerza un concepto sencillo: haz las cosas bien, y deja de lamerle el culo a la administración, tendrás más futuro.
- El valor del ahorro frente al consumo. Íbamos por un camino de consumo desaforado, que solo nos llevaba a tener una permanentemente desequilibrada balanza de pagos, con una deuda gastada en fuegos artificiales.
- El control del despilfarro de la Administración. En bibianadas pajineras, que no son más que la anécdota, o en vehículos oficiales, que ya es algo más serio, en funciones tri -repetidas, o lo peor de todo, en regulaciones administrativas absurdas y pesadas que tienen al país trabajando para el papel, y no para la producción.
- Las empresas están saliendo. Empresarios cuya máxima ambición era abrir delegación en Bilbao, por decir un sitio, hoy están en los aviones camino de Asia o Sudamérica. Y ellos, como Rajoy, aprendiendo inglés, que falta nos hace.
Y más cosas, pero lo dejo aquí, no vaya a pensarse que esto me gusta. ¿Era necesaria una crisis para esos logros? Objetivamente hablando, no. Lo cual quizás nos haya enseñado otra lección: los cambios son como la declaración de renta, si no la haces cuando corresponde, terminas pagándola pero con sanciones leoninas.
La crisis, nos la hemos ganado a pulso. Todos. No sigamos con la tontería de “los Bancos” o “los Políticos”. No hay inocentes, solo grados de culpabilidad. Tocaba. Tenía que haber tocado antes, y menos mal que no lo ha hecho después. Y ahora, piense en todas esas ventajas. ¿Sabe que es lo que se deduce? Pues que a poquito que las cosas se hagan bien, en cinco años este enfermo cuasi terminal puede estar sorprendiendo al mundo. Pero ¿y cómo aguantamos esos cinco años?