Revista Sociedad

Las Guerras del Peloponeso

Publicado el 04 marzo 2025 por Tomarlapalabra
Las Guerras del Peloponeso

(atraducción)

El verano después Alcibíades se apareció en Argos con 20 naves recogiendo a todo el que oliese a simpatizante lacedemonio. Los atenienses se los llevaron a islas cercanas que ellos controlaban, dejándolos allí.

Más tarde enviaron contra Melos una expedición de 38 naves, entre propias y aliadas. Un total de casi 3000 hoplitas y una unidad de arqueros, 20 de ellos montados. Los melios eran parientes de los espartanos y habían rechazado someterse al vasallaje de los atenienses aunque manteniéndose estrictamente neutrales hasta ese momento.

Cleómedes el de Licomedes y Tisias el de Lisímaco desembarcaron al frente de la fuerza ateniense, plantaron campamento en Melos y antes de dedicarse a destrozarlo todo decidieron enviarle unos emisarios a conversar con los melios. Estos, en vez de presentar los enviados ante la asamblea del demos, les invitaron a exponer los motivos de su presencia ante un Comité de Notables. Los embajadores, al ver aquello, expresaron:

Atenienses: LOL! Mucho nos divierte que, en vez de llevarnos ante la Asamblea, nos reduzcan a presentar nuestra ponencia a unos pocos notables. No vaya a ser que el perraje se deje convencer por nuestros argumentos, que son tan razonables como irrefutables, eh? Muy bien! Así las cosas, advertimos que esperamos el doble de garantía de los aquí presentes y además que no queremos saber de discursos interminables sino que preferimos una discusión dinámica. Si hay algo que no parece bien, ¡decirlo al instante! Qué les parece?

Melios: Bueno, quién podría objetar a discutir puntos de vista con tranquilidad? Es muy razonable! Solo que es agudo el contraste con la circunstancia probable, prácticamente un hecho, de que nos invadirán y de que Uds. serán los jueces de todo lo que se diga aquí. Es cosa segura que si ganamos la discusión y persistimos tendremos guerra. O que nos hundiremos en la servidumbre, si cedemos.

Atenienses: A ver… Si van a hacernos perder el tiempo especulado sobre lo que pueda traer el futuro, o si nos hemos reunido aquí para otra cosa que no sea discutir que se puede hacer para salvar vuestra ciudad en el marco de las realidades en el terreno, favor avisar!

Melios: Uy. Pero acaso no es de esperar que los que se las vean tan negras como nosotros proyecten su pensamiento y palabras en toda dirección? Pero sí… el objetivo de esta reunión es discutir la salvación de nuestra ciudad. Qué nos proponen?

Atenienses: Muy bien. Nosotros no vamos a marearlos con una tabaco tan extenso como poco convincente, floreado y con tonterías al estilo de ‘merecemos nuestro imperio por haber destruido a los persas’ o ‘les atacamos ahora porque ustedes nos ofendieron primero’. Al mismo tiempo imploramos que no nos salgan con guanajadas como ‘no nos unimos a ustedes porque somos primos de los espartanos pero jamás les ofenderemos’. Please! Aspiramos a que se negocie lo posible sobre bases reales. Pues aquí todo el mundo bien sabe que la justicia, que lo justo solo tiene sentido entre iguales. Fuera de eso los fuertes haremos siempre todo lo que podamos mientras que los débiles soportarán todo lo que les toque.

Melios: Ya que se nos emplaza a hablar solo de lo práctico, dejando a un lado lo justo, igual nos parece que sería útil que no destruyan la noción de que existen unos derechos generalmente reconocidos a quien se encuentre en peligro, y que este pueda esgrimidos y beneficiarse de ellos en su hora más oscura. Aunque sean limitados! Esto les favorece a Uds. tanto como a nosotros porque si llegaran a fracasar en su #WarEffort contra Esparta la magnitud de la represalia que les tocará va a ser para los libros de historia, cuando se inventen!

Atenienses: Bah. No nos desalienta para nada el fin de nuestro imperio, si es que algún día se acaba, ya que no son tan de temer los que mandan sobre sus vecinos (digamos los espartanos) como los súbditos rebelados, si llegaran estos a vencer. Ustedes, por ejemplo. Yikes! Igual dejen que nos ocupemos nosotros de nuestros riesgos, estamos aquí a ver si se puede salvar vuestra ciudad y nosotros mandar sobre ustedes sin grandes dificultades, para provecho mutuo. BTW, técnicamente no estamos en guerra con los lacedemonios ahora mismo.

Melios: C’mon! Cómo quedar sometidos a servidumbre va a tener la misma utilidad que ustedes mandar?!?

Ateniense: Porque ustedes no tendrían que someterse a castigos extremos y nosotros ganaríamos en no tener que destruirlos.

Melios: Pero qué tal si permanecemos neutrales? Ortogonales, eh? ¿Por qué no quedar como amigos en vez de enemigos?

Atenienses: Imposible. Nos perjudica lo mismo vuestra enemistad que una amistad que es solo posible por debilidad nuestra. Y para los súbditos el odio es una prueba fehaciente de poder.

Melios: Oye, pero en serio los súbditos de ustedes se fijan tanto en las apariencias? Y acaso no pueden diferenciar entre los que nunca han tenido nada que ver con ustedes (nuestro caso) y alguna colonia ateniense que alguna vez se ha sublevado (los frescos!) y oportunamente sometida?

Atenienses: Para ellos es lo mismo pues al final ni uno ni otro carecerían de motivo justo, n’est-ce pas? Ellos perciben que quien sobrevive sin ser dominado es gracias a su poder, y que nosotros no les tocamos porque les tememos. Así que someterles a ustedes, además de expandir nuestro imperio, hace más seguro al que ya tenemos. Contimá siendo ustedes isleños! Como no van a entrar por el aro de #LosSeñoresDelMar?

Melios: Pero es que ese es un razonamiento cojo, precisamente pensando en la seguridad de vuestro imperio. Qué conclusión van a sacar los que ahora mismo no son aliados de ningún bando cuando vean cómo nos tratan Uds. a nosotros? No terminaran acaso concluyendo que serán ellos la víctima en la próxima ocasión? Al atacarnos a nosotros están empoderando a los enemigos actuales y convirtiendo en enemigos, contra su deseo, a muchos que no tenían la menor intención de serlo, neh?

Atenienses: ¿Qué se le va a hacer? A nosotros los que viven en tierra firme y son libres no nos preocupan mucho. El lío son los isleños aún no sometidos y por supuesto los que ya son vasallos. No sea que la opresión de nuestra autoridad los lleve a hacer algo irracional que los ponga en peligro a ellos y también a nosotros. No le demos más vueltas a eso.

Melios: Hombre, si tanto arriesgan ustedes por conservar su imperio, y tanto arriesgan sus vasallos por liberarse, muy pencos habríamos de no intentar todo antes que someternos, mientras aún somos libres.

Atenienses: No, para nada. Al menos si habla la sensatez porque en el caso de ustedes no se trata de una olimpiada de cojones en condiciones de igualdad. Les toca decidir si van a salvarse, no enfrentándose a nosotros que somos masivamente más fuertes.

Melios: Igual, es cosa sabida que en la guerra los números no lo son todo. Si nos rendimos allí perdimos todo, si peleamos queda la esperanza.

Atenienses: No se la recomendamos, la esperanza… La esperanza es una droga, un estimulante para enfrentar el riesgo, que solo deben usar los que acuden a ella con efectivos de sobra. A estos, si pierden, los jode pero no los aniquila. En cambio los que se juegan todo lo que tienen y esta les da la espalda se enteran solo cuando ya es muy tarde y su fracaso total es cosa consumada. Ustedes, que son débiles y con todo en contra, deberían tener mucho cuidadito de que algo así no les pase.

Melios: No negamos que consideramos cosa dura luchar contra el poderío ateniense y más contra la suerte si no se alista a nuestro lado. Pero seguramente podemos apostar a ella pues los dioses seguramente no abandonaran a quienes peleamos contra unos injustos. En cuanto al número de efectivos, este mejorará mucho cuando acuda a Esparta en nuestra ayuda, quien forzosamente tendrá que auxiliarnos aunque sea porque somos parientes y por el honor. Así las cosas no resulta para nada irracional nuestra confianza.

Atenienses: Ok. En lo que concierne al favor divino creo que estaremos parejos pues para nada nos salimos de los cauces pautados por la divinidad. Es ley natural que los poderosos dominen. Esta ley no la inventamos nosotros ni tampoco fuimos los primeros en aplicarla y lo que hacemos es justo lo que haría otro en nuestra posición. Resumiendo: los dioses no van a meterse. En cuanto a la ayuda espartana permítanos felicitarles por su inocencia, siendo que no existe pueblo más práctico que ellos en todo el mundo mundial. La parte del honor fue lo más gracioso de todo.

Melios: Okokok, son practicos. No es acaso conveniente para ellos apoyarnos, entonces? Cómo van a abandonar a los melios, una colonia lacedemonia? Perderían credibilidad ante sus partidarios griegos y beneficiarían a sus enemigos!

Atenienses: LOL, de querer estamos secos todos! Seguro que quieren todo eso, los lacedemonios. Lo malo es que lo justo y lo hermoso se consigue con riesgo, motivo por el cual los espartanos muestran escasísimo arrojo. No vendrán.

Melios: Creemos que por nosotros si. Estamos más cerquita del Peloponeso que otras islas y las operaciones militares serían más sencillas. Y en serio, somos parientes! Tendremos una relación especial…

Atenienses: Las garantías de seguridad nada tienen que ver con la simpatía por quienes piden ayuda, sino por sus posibilidades reales. En esto los espartanos se fijan más que nadie, esa gentuza no sale de casa sino es acompañados de un ceremil de aliados! Creannos, no van a arriesgarse a cruzar un mar que dominamos nosotros.

Melios: Pero podrían enviar a otros, eh? El mar de Creta es grande y es mucho más fácil escabullirse en él que controlarlo. Y si por ahi no cuela podrían ir por tierra a por vuestros aliados y a por ustedes. Remember Brásidas! Si eso pasa en vez de luchar en Melos van a tener fiesta en casa.

Atenienses: Bah. Sería algo en lo que ya tenemos experiencia. ¿Alguien recuerda alguna instancia en que los atenienses se retiraron de un asedio? Igual nos estamos dando cuenta que, pese a prometer concentrarnos en las realidades en el terreno, no han mostrado Uds. nada tangible en lo que un hombre pueda apostar su salvación. Sus esperanzas más fuertes están todas en el porvenir mientras que las presentes, las necesarias para sobrevivir a lo que tienen justo enfrente, son escasas. Gran insensatez se ha mostrado aquí a menos que se apeen con algo más sólido después que nos marchemos.

En cualquier caso, mucho recomendamos no seguir las directrices del sentimiento de honor, causa frecuente de la perdición de los hombres. Cuántos no han sido arrastrados por el dizque honor a desastres irremediables y aún más deshonrosos siendo que fueron causados por su locura y no por el destino! No es indecoroso doblegarse ante una ciudad más importante, la seguridad es el premio de los que no ceden antes sus iguales, muestran deferencia ante los más poderosos y actúan moderadamente con los más débiles.

Los atenienses se retiraron de las negociaciones. Los melios respondieron:

“Seguimos pensando igual, atenienses. No vamos a privar de libertad a una ciudad que ha sido libre por 700 años e intentaremos conservarla asi fiados en el favor divino que hasta ahora la ha preservado. Proponemos seguir siendo amigos y que se retiren de nuestra tierra tras pactar lo que sea convenientes a ambos”.

Los atenienses se despidieron diciendo:

“Al menos por lo que se deduce de estas palabras creemos que sois únicos en eso de darle más peso a lo futuro que a lo que está delante de los ojos. Y que movidos por el deseo dais por existente lo que no está sucediendo. Esto, unido a la tonta confianza en el azar y la ayuda lacedemonia será vuestra perdición”.

Y de inmediato asediaron la ciudad. Dejaron una guarnición chica y se marcharon. Los melios tuvieron algo de éxito temporal contra esta fuerza menor pero el próximo invierno Atenas envió refuerzos al mando de Filócrates el de Demeas. Ya bajo asedio riguroso y con la ayuda de un traidor todo quedó perdido para los melios, quienes se rindieron incondicionalmente.

Los atenienses entonces mataron a todos los hombres y vendieron como esclavos a las mujeres y niños, en las islas vecinas. Melos fue repoblada con 500 colonos.


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