Un día, de repente, despiertas, te sacudes las legañas y recuerdas con nostalgia que, ¡ay!, hace ya casi seis años empezaste con un blog de música que hoy en día parece uno de esos aeropuertos abandonados de este triste país. Recuerdas lo mucho que te gustaba hablar sobre tus canciones y grupos favoritos, el placer de contar todas las emociones que caben en un par de horas de concierto o las discusiones sobre el disco del momento. Respiras, piensas y reflexionas. Es hora de decidir. O salto del barco y lo dejo a la deriva o vuelvo a coger el timón e intento recuperar el norte que perdí hace ya unos meses. Opto por la segunda opción y, para demostrarme a mí mismo que quiero y puedo volver a darle a este blog la vida que tenía y merece, me siento delante del ordenador un domingo por la mañana para intentar empezar a recuperar todo el tiempo que ya he perdido.
Siento la obligación de rebobinar unos meses la película y empezar a comentar todos los discos que he devorado en estos últimos tiempos, y por eso me parece de justicia empezar el año hablando de León Benavente, una de las bandas que más he escuchado de un tiempo a esta parte. Cuentan que el grupo se formó por casualidad y que en un principio lo tomaron como un mero divertimento pero, claro, el asunto se les ha ido de las manos. No tengo dedos para enumerar todos los proyectos de "superbanda" que han fracasado o no se han quedado a medio camino en los últimos años. No es fácil unir a músicos con proyectos diferentes y conseguir que suenen y triunfen como un conjunto, pero como en todo en esta vida, siempre hay excepciones. León Benavente está formado por Abraham Boba y Luis Rodríguez -conocidos entre otras muchas cosas por ser músicos habituales de Nacho Vegas-, Edu Baos -Tachenko- y César Verdú -Schwarz-, y León Benavente es también el nombre del primer LP de este espectacular grupo. Diez son las canciones que dan forma y color a este primer trabajo de la banda, y he de reconocer que hacía mucho tiempo que no digería un disco con tanta facilidad y gozo como lo hice la primera vez que apreté el play y me zambullí en el complejo universo sonoro que nos proponen. Diez canciones potentes, intensas, en las que cada uno de los cuatro componentes del grupo son capaces de aportar su granito de arena para elevarlas a su máxima expresión. Es difícil escoger un solo tema del disco, pero creo que si he de quedarme con una sola canción me quedo con Las Hienas, la que he escogido hoy para sacudir de nuevo la vida de este blog comatoso. Sed felices, hacedle el amor al domingo y disfrutad de este auténtico melocotonazo, corazones-.